[ANTROPOLOGÍA X]

SÍGANME, QUE AQUÍ NO HA PASADO NADA
Por Alejandro Agostinelli
'Si existe algún riesgo de que le quiten la beba a su familia, es mejor perder la credibilidad’, dijo Raël cuando canceló el test que iba a probar que Clonaid había logrado el primer bebé clon. Hasta hoy, Raël no presentó pruebas y tampo parece preocuparle demasiado presentarlas. ¿Se las exigirán sus fieles? ¿En qué clase de pruebas creen los raëlianos?

En el último lustro, Claude Raël Vorilhon supo capitalizar su larga prédica precedente sobre la ‘reencarnación científica’ (expresión que luego reemplazó por ‘clonación’), la cual se habría ido consolidando gracias a los avances en el campo de la ingeniería genética, ‘confirmada’ ahora con su alegado (y nunca demostrado) éxito en clonar seres humanos. Ahora bien, ¿cómo reaccionarán sus seguidores ante eventuales pruebas de fraude? Si bien para los creyentes es difícil aceptar que la carga de la prueba descansa en Clonaid -y no en sus críticos- ¿cómo seguirá la evolución del Movimiento Raëliano Internacional (MIR) si Raël no presenta evidencias de que sus afirmaciones fueron ciertas?

CAMBIO PUBLICIDAD POR... CREDIBILIDAD
Desde hace casi medio siglo, los estudiosos de la religión trabajan sobre una teoría llamada de la disonancia cognitiva, según la cual "cualquier explicación es válida para seguir adelante". Este modelo se aplicó por primera vez en un pequeño grupo religioso que anunciaba el apocalipsis con fecha fija donde los investigadores siguieron observando el comportamiento posterior de sus fieles, cuando estaba claro que la profecía había fracasado. Si bien algunos autores tropezaron con problemas para generalizarla (ya que las contingencias varían según el caso e incluso según la situación de diferentes filiales del mismo grupo), a veces el mero intento de verificar su cumplimiento ha permitido extraer conclusiones interesantes.

En el caso de los raëlianos, es evidente que no es lo mismo profetizar el fin del mundo (y que en la fecha señalada nada suceda) que asegurar haber realizado un logro científico extraordinario (y luego no presentar las pruebas): la persecusión legal o la ridiculización mediática son excusas funcionales, que parecieran servir para sostener la lógica interna del grupo. Pero Raël tampoco hace grandes esfuerzos para que sus anuncios sean tomados en serio. De hecho, la publicidad lo hace feliz y no parece importarle que otros piensen que ese parezca -con un margen de error mínimo- su principal sino su único objetivo. "Si alguien se atreve a decir que no es cierto -y yo nunca lo diría- igualmente salimos ganando", afirmó Raël en su última conferencia de prensa. "Expertos en medios de comunicación dicen que el resultado publicitario equivale a una campaña de entre 600 y 700 millones de dólares." (1)

Si los adeptos del MIR descubrieran que las divertidas herejías del profeta acaban apartándose de los conocimientos y expectativas de los adeptos (cognición disonante), ¿el doble discurso (broma/realidad, por ejemplo) les permitirá atenuar esa disonancia? Quién sabe. Para poner a prueba este modelo, los investigadores León Festinger, Henry Riecken y Stanley Schachter se introdujeron en un grupo platillista antecesor al raëliano -acaso entre los primeros de los que se tuvo noticias- liderado por Dorothy Martin, también conocida como Hermana Thedra. Extrapolando sus conclusiones a otros grupos, los autores llegaron a la conclusión de que los adeptos, a efectos de reducir el conflicto de una eventual ‘disconfirmación’, tenderán a aceptar las reacomodaciones del marco interpretativo -las justificaciones del profeta ante el nuevo escenario-; siendo una de las posibles conductas el incremento de su acción proselitista, convencidos de que sólo reclutando nuevos miembros, o logrando mayor apoyo social, podrán aliviar su propia decepción. "A menudo, el compromiso hacia el sistema es tan fuerte -señalan- que casi ninguna otra vía de acción es preferible. En suma: puede ser menos doloroso tolerar la disonancia que desechar la creencia y admitir que uno ha estado equivocado" (2).

PERTENECER TIENE SUS PRIVILEGIOS
Algunos investigadores, como Chris Bader (3), han descubierto en sus estudios de grupos milenaristas similares al MIR que los principios generales de la disonancia cognitiva no se cumplían según lo habían previsto los autores de la teoría. Aún así, ejemplos del comportamiento descripto por Festinger, Riecken y Schachter no sólo se encuentran en las religiones alternativas: todo el tiempo, en diferentes situaciones, tratamos de justificar acciones de las cuales podríamos arrepentirnos, pero que desechamos, minimizamos e incluso olvidamos para librarnos de la culpa o no sentirnos engañados. Pero este fenómeno parece ser más instructivo en el campo de las nuevas religiones porque -a diferencia de lo que sucede en circunstancias ordinarias- es aquí donde se tejen promesas o profecías ‘sensacionales’. Y existe la presunción de que las recompensas capaces de sortear la disonancia deberían ser igualmente ‘sensacionales’. Incluso así, la presencia de un profeta ‘veraz’ no suele figurar entre los atractivos centrales de quienes adhieren a un movimiento como el raëliano. En su estudio de campo, la socióloga Susan Palmer observó que los simpatizantes "tienden a insistir en el atractivo del mensaje y de la propia comunidad raëliana antes que el carisma de Raël a la hora de explicar los motivos que les llevaron a unirse al grupo". Las jerarquías del MIR, en cambio, son más disciplinadas y escrupulosas, siendo por lo tanto "más proclives a ver a Raël como un profeta ético" (4).

Ser parte de la Iglesia Raëliana -que con su superciencia alienígena reemplazará a las creencias supersticiosas de Iglesia Católica- dificilmente deje de otorgar a sus adeptos una aureola de prestigio: Raël da permisos que otros cultos niegan, ‘vaticinó’ la clonación (también tema de moda en medios seculares) y, conociendo las atractivas características del movimiento, parece claro que las ventajas comparativas de pertenecer al movimiento que les ha dado un sentido a, o una misión en, su vida lleva las de ganar. Después de todo, si los controles científicos externos están fuera de juego porque sus consecuencias jurídicas son ‘suicidas’ (en la medida que presentar la prueba implicaría sanciones legales), ¿cómo asegurarse de que un clon es un verdadero clon? Esas pruebas que piden los que dudan puede ser lo que menos le interesa a quienes no parecen necesitarlas para creer (5).

Dilucidar este asunto, en suma, se nos antoja mucho más atractivo que la simétrica ingenuidad de creer que Raël es el mesías o que la cuestión entera se reduce a la picardía de un charlatán.

Bibliografía:

1) Krauss, Clifford; "Desde la tierra de los OVNIs Raël predica sobre la clonación" The New York Times y La Nación, 25 de febrero de 2003. En http://www.lanacion.com.ar/03/02/25/dx_476317.asp

2) Festinger, Leon; Riecken, Henry y Schachter, Stanley; When Prophecy Fails. University of Minnesota Press, Minneapolis (1956).

3) Bader, Chris; "When prophecy passes unnoticed: new perspectives on failed prophecy", en Journal for the Scientific Study of Religion, 38 (1), 1999, Pp. 119-131.

4) Palmer, Susan J; "Women in the Raelian Movement: New Religious Experiments In Gender and Authority" en James R. Lewis comp. The Gods Have Landed (1995). New York: State University of New York Press. 105-135.

5) Stark, R. y Bainbridge, W; The Future of Religion: Secularization, Revival and Cult Fromation, U. de California Press, Bekeley, Los Angeles-Londres, 1985.

Primera publicación: El Escéptico N° 16, marzo de 2003. Revista de Alternativa Racional a las Pseudociencias – Sociedad Para el Pensamiento Crítico [http://www.arp-sapc.org].

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