Jefe de la policía de Anacortes inspecciona un parabrisas durante el pánico de Seattle (Fuente: The Seattle Times).

 

[SOCIOLOGÍA]

EL EXTRAÑO CASO DE LA EPIDEMIA
DE "PARABRISAS PICADOS" DE SEATTLE
Por Alejandro Agostinelli
El peor enemigo de las vacas argentinas no son los ratones hocicudos. También lo es la desidia de buscar explicaciones sociológicas a fenómenos sociales. Entre las preguntas sin contestar está el cómo y por qué estalló la locura de las ‘mutilaciones de ganado’ en la Argentina. La ciudad de Seattle vivió una epidemia que tiene algo para enseñar sobre este curioso asunto.

Entre marzo y abril de 1954, en Seattle, Estados Unidos, se disparó una de las epidemias más extrañas jamás registradas. La prensa comenzó a informar que algunos vecinos habían descubierto que los parabrisas de sus vehículos estaban marcados por pequeñas picaduras, semejantes a dentelladas. Sólo entre el 14 y el 15 de abril, la policía recibió 242 llamadas. Se sospechó de vándalos, pero a medida que el número de casos aumentaba, la hipótesis se descartó. La sensibilidad atómica, que por aquellos años estaba a flor de piel, hizo que alguien planteara una hipótesis inquietante: que las marcas podían estar siendo provocadas por las lluvias radioactivas de ensayos nucleares que se acababan de realizar en el Pacífico. Algunos automovilistas comenzaron a proteger sus parabrisas con diarios; otros, a guardarlos en garages.

OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE
En la noche del 15 de abril, el alcalde de Seattle le pidió ayuda al mismo presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower. Más tarde, un estudio del Environmental Research Laboratory de la Universidad de Washington presentó sus conclusiones. Las marcas "siempre habían estado ahí": habían sido el resultado de la proyección natural y reiterada de las partículas de asfalto de la ruta. El número de marcas era directamente proporcional a la edad del vehículo: cuanto más antiguo era, más marcas tenía. ¿Qué había sucedido en Seattle? "Pues -apunta el experto en rumores, Jean Noël Kapferer- no había habido una epidemia de parabrisas sino de parabrisas examinados".

El desconcierto oficial había alimentado la ansiedad popular y, en poco tiempo, toda la ciudad puso atención en un detalle en el que nunca antes había reparado. Así se explicaría la súbita profusión de casos sin explicación y sus parámetros estándard: pocos afectados habrían informado una ‘mutilación de parabrisas’ que no se hubiera ajustado al estereotipo. Y si alguien lo hacía, enseguida sería desestimado por los ‘expertos’ de ocasión. En 1980, un trabajo del sociólogo J. R. Stewart, titulado Collective Delusion: A Comparison of Believers and Skeptics, se interesó en el impacto de medios, autoridades y ufólogos en la génesis de estas epidemias. En su estudio demostró una correlación positiva entre el número de incidentes en ciertas zonas y el volumen de noticias dedicadas a mutilaciones de ganado en los medios de difusión. Stewart, además, agregó que la Policía, con mínima o nula experiencia en determinar las causas de la muerte del ganado, era proclive a aceptar las explicaciones de los granjeros o veterinarios locales, por otra parte más habituados a tratar con animales vivos.

NOTAS RELACIONADAS
‘Vacas mutiladas y ‘chupacabras’ en la ruta del ‘ratón hocicudo’
El Informe Rommel
"Enemigos del hocicudo": los especialistas que no opinaron como el Senasa
Fernando Kravetz: Las razones del ‘doctor ratón’.

BIOGRAFÍAS RELACIONADAS
Dwight Eisenhower
Jean Noël Kapferer
J. R. Stewart

ENLACES RELACIONADOS
Bartholomew, Robert; "The Seattle Windshield Pitting Epidemic: A Famous Mass Delusion of the Twentieth Century," (http://www.eskimo.com/~pierres/windshield.html).

Windshield pitting incidents in Washington reach fever pitch on April 15, 1954.

www.dios.com.ar - Todos los derechos reservados. ©2002 - Alejandro Agostinelli
NOTAS RELACIONADAS