Juan Carlos, Grabriela y Silvia Vásquez:
la "familia satánica" antes del parricidio

 

[CASOS]

¿SOMOS HABITADOS POR MULTITUDES?
Por Mariana Comolli
De vez en vez, la noticia de un crimen tremendo instala el debate según el cual los asesinos actúan con su “personalidad disociada”. El tema tiene que ver con el llamado síndrome de las “personalidades múltiples”.
 

En marzo de 2000, pocos argentinos dejaron de preguntarse qué grado de responsabilidad cabe atribuir a las hermanas que asesinaron a su padre durante un ritual en el que -según algunos- habrían actuado “poseídas” por terceras personas. Aquel sangriento parricidio hizo que muchos medios revivieran la polémica de las prácticas exorcísticas. Sin embargo, poco y nada se discutió sobre el llamado “síndrome de las personalidades múltiples”. Que, probablemente, ofrece más tela para cortar si se trata de iluminar este controvertido parricidio, que parece más asociado con la llamada psicología anómala que con el esoterismo duro o los rituales satánicos.

EL “YO” CRUZADO
Algunos veranos atrás, Mark Peterson conoció a Fanny. Mark sintió una fuerte atracción por ella. Dos días más tarde, la pareja se volvió a encontrar. La cita fue en un restaurante céntrico. Mark quedó asombrado: esta vez, Fanny se presentó como Jennifer, una jóven divertida y desprejuiciada. Al rato, Jennifer cambió su voz y sus gestos para presentarse como Mary. Minutos más tarde, volvió a cambiar. Actuaba y hablaba de manera totalmente diferente según las diferentes personalidades que iba asumiendo. Es que Fanny (o Jennifer, o Mary…) era un caso de “personalidades múltiples”.
A pesar de todo, Mark llevó a Jennifer hasta su auto, donde disfrutaron un par de horas de sexo. Más tarde, ella tomó control de su verdadera personalidad (¿Fanny? ¿Mary?) y se escandalizó al ver lo que había sucedido en su ausencia. Final de la historia Mark fue acusado por violación.
Pero Jennifer, la divertida amante que sedujo a Mark, no era Jennifer. Pero tampoco Fanny, ni Mary. El nombre que constaba en su partida de nacimiento era Sarah. Tenía 27 años y trabajaba como moza en un bar. Este relato quedaría reducido a una anécdota graciosa o poco creíble si no hubiera dado lugar a uno de los juicios más extraños ocurridos en la historia de los tribunales de los Estados Unidos. Es que el cuerpo de Sarah no sólo alojaba cómodamente a la personalidad de Jennifer y a la de Fanny sino a otras seis personalidades más, cada una de las cuales expuso una versión diferente de los hechos. El jurado consideró que Mark Peterson había abusado sexualmente a Sarah conciente del hecho de que ella padecía de una psicopatología. Y, por consiguiente, fue juzgado por el delito de violación.
El caso de Sarah no es el único, ni mucho menos: en 1976, William Milligan fue acusado, en el estado de Ohio, de haber violado a cuatro jóvenes. El psiquiatra que estudió su historia clínica -considerado “experto en personalidades múltiples”- aseguró que William tenía diez personalidades diferentes y que sólo una de ellas, una lesbiana de 18 años, era responsable de los crímenes.

EL CASO DE LAS “HERMANAS SATÁNICAS”
En marzo de 2000, la Argentina fue escenario de un “crimen de múltiple personalidad”. Jorge, un hombre que vive en el barrio de la Capital Federal, no pudo dormir durante toda la noche porque los rezos que se oían en la casa de sus vecinos, la familia Vásquez, taladraban su cabeza como una gotera. A la mañana siguiente, los padrenuestros empezaron a elevar de tono y, a la media tarde, los gritos se volvieron alarmantes. Al llegar, la policía, que había acudido ante una vulgar denuncia de ruidos molestos, se encontró con un caso de cuarta dimensión.
La casa de los Vásquez estaba cerrada con cuatro llaves. Tuvieron que echar la puerta abajo. Del otro lado, sobre el piso y empapado en sangre, yacía el cuerpo desnudo de un hombre, Juan Carlos Vásquez. Sus dos hijas, de 22 y 29 años, se retorcían sin ropas sobre la sangre, rodeando el cuerpo de su padre. Una joven gritó: “¿Qué quieren? Esto no es real. Váyanse”. Su voz era ronca, casi masculina. Estaba enfurecida y, para arrebatarle el cuchillo de cocina con que había asesinado a su padre, tres policías debieron unir fuerzas para controlarla. Tenía una fuerza descomunal y todavía parecía poseída. Las hermanas fueron llevadas a un hospital. Ambas entraron gritando con voz ronca. Una de ellas dio un nombre falso, dijo que tenía 45 años y, al día siguiente, alegó no recordar nada de lo sucedido: una siguió hablando de su padre como si no supiera que lo habían asesinado. La otra balbuceaba palabras incomprensibles, con un acento que algunos médicos interpretaron como portugués.

¿DISOCIACIÓN DE LA PERSONALIDAD?
¿En qué consiste exactamente esta psicopatología, si es que de eso se trata? Según una corriente psicológica, se trataría de una variante de los llamados “problemas de disociación”. Los individuos que experimentan estos estados serían capaces de mantener conversaciones y hacer cosas sin que lo sepa la “personalidad original”. La amnesia, los trances hipnóticos y el sonambulismo serían variedades de la misma psicopatología. El fenómeno tiene su máximo exponente en casos como los de Sarah o William, donde dos o más personalidades coexisten en un mismo cuerpo y cada una de ellas puede estar completamente consciente de su comportamiento, memoria y experiencia. Cada personalidad, a su vez, puede adoptar su propio nombre, sexo y, en ocasiones, estar al tanto de las restantes identidades que conviven con ella.

PERSONALIDADES MÚLTIPLES: CASOS DE PELÍCULA
Como la inmensa masa de casos de desordenes psíquicos, las personalidades múltiples fueron llevadas al cine y la tevé hace mucho tiempo. Uno de los casos más famosos, “Las tres caras de Eva”, le valió a Joanne Woodward un Oscar como mejor actriz. Joanne interpretó un papel similar en la serie “Sybil”. Por ese trabajo, tanto a Joanne como a su compañera de elenco, Sally Field, fueron nominadas a los premios Emmy. Sybil era la historia real de una mujer cuya infancia fue tan espantosa que imaginó al menos 16 personalidades distintas para conjurar sus recuerdos.
Otras películas que giran en torno a esta dolencia son “El color de la noche” y la famosa “Psicosis” de Alfred Hitchcock, éste último un filme escalofriante que habla de la lucha entre el hombre y fuerzas demoníacas. Según algunos, se trata de la obra maestra del terror, nominada a diez Oscars en 1974. El caso estaría basado en la historia real de una mujer de Maryland, Estados Unidos.

LAS TEORÍAS PSICOLÓGICAS
Para algunos especialistas, las personalidades múltiples son consecuencia directa de un hecho traumático ocurrido en la infancia. Los más habituales: violación, maltrato, o haber sido testigo de un hecho violento. Cualquiera de estas circunstancias pudieron “dividir la personalidad” en muchas otras. Luego, la mente se protege del trauma que le causaría tener memoria de estas experiencias indeseables.
Los partidarios de esta explicación esgrimen a título de prueba el hecho de que el 62 por ciento de los pacientes actuales afirmaron (conscientemente o bajo hipnosis) haber sido abusados sexualmente en su niñez. También, informan que el número de personalidades aumenta notablemente entre quienes sufrieron daños mayores. Entre estos casos se encuentra el de Sarah, quien no sólo había sido violada por su padre en reiteradas ocasiones sino que, además, fue testigo de la muerte del mismo en un accidente automovilístico.
El estudio de este fenómeno se remonta a 1880, cuando un grupo de psiquiatras que trataba a sus pacientes bajo hipnosis notó que algunos mostraban diferentes personalidades mientras duraba el trance y, al volver en sí, no tenían la menor idea sobre lo que había sucedido minutos antes. Pero los primeros casos de personalidades dobles se remontan a veinte años antes. Pero en esos tiempos, las hipótesis psicológicas no estaban tan de moda como las religiosas: se creía que el cuerpo había sido poseído por el demonio.
Cuerpos poseídos por demonios, ángeles, dioses y espíritus forman parte de las más diversas culturas y se remontan a tiempos pre bíblicos. Del igual modo, no pocas tradiciones modernas creen en la posesión. Grupos cristianos evangélicos aseguran ser poseídos por el espíritu de Dios. Durante estos rituales, Dios “habla” a través de esos cuerpos. Los espíritus que se “apropian” del cuerpo de los creyentes también son parte esencial en las religiones africanas, algunas de las cuales actualmente están sincretizadas con el Cristianismo, como es el caso del Umbanda.
Un dato curioso: la mayoría de los casos conocidos se informan en los Estados Unidos. Otros, muy aislados, en Francia. Y el número baja estrepitosamente en el resto de Europa y Australia, y más aún en los países de América del Sur. En el Japón, en cambio, no existe ningún registro de esta psicopatología. Estas cifras, por cierto, son bastante sugerentes: ¿Puede una “enfermedad” manifestarse en forma selectiva, o permanecer confinada en una geografía dada? Probablemente sí, pero en tal caso prevalecerían motivos culturales o psicosociales antes que los propiamente clínicos o, dicho de otro modo, los casos clínicos dependerían mucho de la cultura en la que se inscriben. De hecho, entre el 62 y 80 por ciento de los psiquiatras norteamericanos creen en esta enfermedad. No sucede lo mismo en Europa, donde apenas un 10 por ciento confía en la explicación médica tradicional.
Estas estadísticas ponen en evidencia una interesante constatación: habría una fuerte conexión entre los psiquiatras que creen en las múltiples personalidades. Es decir, la clasificación estaría sujeta a parámetros ajenos a la “enfermedad” propiamente dicha. De este modo, los médicos que no creen en estas explicaciones evitarían crear una clasificación que parece tener más relación con el mundo de la fantasía que con el reino de las cosas que se ven y se tocan.

Por Mariana Comolli ©. Especial para Dios.com.ar

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