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              Me alegro que el atolondrado de Martin 
                S. Kottmeyer se haya decidido a contestar (en las páginas 
                de Magonia) las críticas 
                que de sus trabajos hice en mi ensayo "The Abduction Conundrum" 
                (El Enigma de las Abducciones), publicado originalmente en The 
                Anomalist (1). Siempre me he preguntado cómo Kottmeyer, 
                que ya me parece bastante absurdo cuando habla por sí sólo, 
                llegaría a comportarse en un debate. He quedado defraudado. 
                Para ser honestos, ni siquiera creo que Kottmeyer entendiese lo 
                que escribí. 
              Para empezar yo no creo haber admitido que cualquiera 
                pueda encontrar antiguos relatos de ciencia-ficción (SF 
                en adelante) que anticipen fragmentos de las narrativas de abducción 
                actuales. Más bien, podría decirse que yo me reía 
                "por lo bajini" -o incluso que llegaba a hacerlo abiertamente 
                - de lo sencillo que resulta hacerlo. El verdadero problema está 
                en demostrar que todas esas anticipaciones tienen algún 
                significado. 
              Todo depende de lo que uno quiera decir con la palabra 
                "elementos". Resulta extremadamente sencillo encontrar "elementos" 
                de los relatos de abducción en la ciencia-ficción, 
                si por "elementos" nos referimos a detalles aislados, extraídos 
                de su contexto original y comparados con detalles de abducción, 
                igualmente extraídos de su contexto. Y esto es exactamente 
                lo que hace Kottmeyer. Como yo decía en mi artículo: 
               
                 
                  "¿Insiste Budd 
                    Hopkins 
                    en que los relatos de abducción no aparecen en la ciencia 
                    ficción? ¡Ajá! Quizá los alienígenas 
                    dejen sus marcas en los cuerpos de quienes abducen, pero ese 
                    detalle ya aparecía en la película de 1954 Killers 
                    from Space. ¿Se quedan embarazadas de forma misteriosa 
                    las mujeres abducidas? Lo mismo ocurre en Village of the 
                    Dammed (El pueblo de los malditos) ¿Los alienígenas 
                    tienen ojos enormes? Ver Invasion of the Saucer Men (La 
                    Invasión de los Hombres del Espacio). ¿Son capaces 
                    de leernos el pensamiento? Earth versus the Flying Saucers 
                    (La Tierra contra los platillos volantes)." 
                
              
              Nótese que todos estos "elementos" han sido 
                arrancados de su contexto original y comparados con "elementos" 
                del fenómeno abducción, también aislados 
                del contexto. El significado de estos "elementos", tal como aparecen 
                en esas viejas películas de SF mencionadas por Kottmeyer, 
                podría ser completamente diferente de su significado en 
                los relatos de abducción. 
              Por ejemplo, las mujeres que denuncian haber sido 
                abducidas, en ocasiones aseguran haberse quedado embarazadas sin 
                haber mantenido relaciones sexuales. Naturalmente, tales denuncias 
                son realizadas en solitario. No salen a la palestra acompañadas 
                por docenas de otras abducidas, todas ellas asegurando haber descubierto 
                sus embarazos el mismo día. Más adelante, si hemos 
                de creer esa clase de narraciones de abducción, acaban 
                dando a luz a un híbrido humano -bebés alienígenas 
                que les son arrebatados para ser criados y educados por los alienígenas 
                a bordo de sus naves, aunque de vez en cuando necesiten los abrazos 
                y demás atenciones de sus madres naturales. 
              Village of the Dammed (El pueblo de los malditos) 
                nos cuenta una historia muy distinta. En este caso, es todo 
                un pequeño pueblecito británico el que queda de 
                alguna forma aislado del mundo que los rodea. Nueve meses después 
                del suceso, todas las mujeres del pueblo dan a luz a niños 
                que se desarrollan de forma muy peculiar (llamativamente rubios, 
                impasibles, y con unos ojos irresistibles). Todos los niños 
                trabajan al unísono enfrentándose a las autoridades 
                terrestres, un escenario a años-luz de distancia de las 
                historias sobre embarazos que aparecen en los relatos de abducción. 
              Por decirlo de una forma muy clara, Kottmeyer no 
                es capar de distinguir el bosque de los árboles. Sus ideas 
                resultan vulgares al ser tan ciegamente literales. Budd Hopkins 
                dijo algo en la línea de argumentar que la narrativa abduccionista 
                no aparecía en la cultura precedente. Kottmeyer intenta 
                refutarlo encontrando algunos elementos aislados. Estos elementos 
                están tomados de contextos tan diferentes que, para mí, 
                más bien refuerzan la verdad de lo afirmado por Budd. 
              Desde luego, Kottmeyer es muy libre de disentir, 
                pero es que además, incluso su metodología es defectuosa. 
                En cualquier investigación social seria, la gente no se 
                dedica a afirmar que algunas similitudes son significativas sin 
                (1) establecer medidas cuantitativas precisas de lo que están 
                tratando de demostrar; y/o (2) establecer alguna autoridad más 
                allá de su propia opinión que reconozca las similitudes 
                propuestas. 
              Para adoptar esta segunda aproximación, es 
                necesario reunir un grupo de personas que puedan actuar como jueces 
                imparciales. Se les entrega como lectura diversos relatos de abducción 
                y luego se les muestra Village of the Dammed. A continuación 
                se les pide que comparen ambas narraciones en base a una escala 
                numérica de similitud, desde 1 (sin parecido) hasta 5 (similitud 
                casi total). De esta forma, puedes presentar tu propia opinión 
                en el contexto de las ideas de terceras personas. Y con ello, 
                no simplemente demuestras haber encontrado ciertas similitudes, 
                sino que muchas otras personas también las consideran como 
                tales. 
              Por su parte, el primer enfoque pasa porque especifiques 
                lo que estás tratando de probar, y cuales serán 
                los patrones por lo que se considerará o no probado. Por 
                ejemplo, si estás tratando de probar que las historias 
                de abducción tienen unos antecedentes tangibles en la SF 
                precedente, puedes seleccionar una docena de elementos de estos 
                relatos y tratar de establecer con que frecuencia aparecen en 
                las historias de SF, y en qué combinaciones.  
              Supongamos que has escogido (entre otros) los tres 
                elementos que mencioné al describir la forma de trabajar 
                de Kottmeyer: marcas que aparecen en los cuerpos de los abducidos, 
                alienígenas preñando a sus abducidas, y alienígenas 
                con ojos grandes. Tu hipótesis es que estos elementos pueden 
                encontrarse en la SF clásica, y que existe algo más 
                que una conexión casual entre su aparición en dichos 
                relatos y en los informes de abducción. En otras palabras, 
                quieres demostrar que su aparición, primero en los relatos 
                de SF, y posteriormente en los informes sobre abducción, 
                es algo más que una mera coincidencia. 
              Para conseguirlo, debes específicar primero 
                cuales serán los patrones por lo que se considerará 
                o no probado tu aserto. Puedes decir, por ejemplo, que considerarás 
                probada tu teoría si los elementos que has citado se dan 
                con mayor (o al menos) igual frecuencia en los casos de abducción 
                y en los relatos de SF; en otras palabras, cuando demuestres que 
                son elementos importantes para ambas narrativas. También 
                podrías además demostrar que se presentan en las 
                mismas combinaciones. ¿Con qué frecuencia aparecen juntos 
                estos tres elementos en los informes de abducciones? ¿ Con qué 
                frecuencia denuncian las mujeres haber sido secuestradas por alienígenas 
                de grandes ojos, haber quedado embarazadas de resultas de tales 
                encuentros y haber encontrado marcas en sus cuerpos? ¿Y con qué 
                frecuencia aparecen esos mismos tres elementos en la SF? 
              Para alcanzar alguna conclusión, te dedicas 
                a leer una gran cantidad de informes sobre abducciones, construyendo 
                tablas que muestren la frecuencia de aparición de cada 
                elemento aisladamente y de forma conjunta. Al mismo tiempo, analizas 
                otro gran número de relatos de SF, te pasas horas viendo 
                películas de SF y acabas elaborando el mismo tipo de tablas. 
                Y comparas los resultados. Me permito sospechar que acabarás 
                encontrando que esos tres elementos son muy comunes en los relatos 
                de abducción pero muy poco frecuentes en las historias 
                de SF. También sospecho que la combinación de 
                los tres se dará con mucha mayor frecuencia entre las abducciones. 
              Reconozco de entrada que no he hecho nada de esto, 
                así que mis sospechas no tienen gran valor. Pero tampoco 
                Kottmeyer ha hecho nada similar, y sin embargo parece actuar bajo 
                la premisa de que el mero hecho de encontrar una anticipación 
                de cualquier elemento de una abducción en cualquier ejemplo 
                anterior de SF (incluso si sólo aparece una vez) resulta 
                significativo. Esta es la razón por la que califico sus 
                razonamientos de vulgares. Se limita a guiarse por lo obvio, sin 
                darse cuenta de todas las presunciones no contrastadas que subyacen 
                bajo sus palabras. No parece tener la menor idea de como funcionan 
                las ciencias sociales, ni de lo que pude constituir una prueba. 
              (NdT: aquí el autor repite párrafos 
                de su texto original) 
              Por otro lado, ¿por qué debería yo 
                aceptar "el montaje interpretativo desarrollado por David 
                Jacobs, Hopkins y Bullard", i.e. que los alienígenas 
                llegaron a nuestro planeta en torno a 1947? ¿Dónde he dicho 
                que esté de acuerdo con ellos? Quizá parezca que 
                estoy defendiendo algunos aspectos del mismo, pero eso no significa 
                que yo esté plenamente de acuerdo con ellos. Una vez más, 
                Kottmeyer está jugando al pilla-pilla. 
              Además, en la actualidad Dave (Jacobs) afirma 
                (en The Threat) que los alienígenas empezaron su 
                programa de abducciones a finales del sigo XIX. Así que, 
                evidentemente, ya estaban aquí mucho antes de 1947. Desconozco 
                si Budd (Hopkins) ha señalado alguna vez una fecha para 
                la llegada de los alienígenas. El año 1947 es la 
                fecha generalmente aceptada, porque fue entonces cuando los informes 
                sobre OVNIs empezaron a ser tan frecuentes que no podían 
                seguir pasando desapercibidos, pero eso no significa (incluso 
                asumiendo que los OVNIs sean alienígenas) que los extraterrestres 
                no puedan haber llegado aquí mucho antes. 
              Finalmente, resulta casi una afrenta ver como Kottmeyer 
                relaciona a Eddie 
                Bullard con Budd y Dave 
                en un mismo párrafo. Eddie (un verdadero agnóstico 
                de las abducciones, a pesar de los problemas que sus investigaciones 
                acarrean para los escépticos) nunca jamás ha declarado 
                pensar que los alienígenas estén aquí. Sumarlo 
                al carro con Budd y Dave me parece absurdo y fruto de una clara 
                ignorancia. 
              Me encanta ese párrafo donde se me califica 
                de loro. Para empezar, Kottmeyer encuentra en la SF clásica 
                algunos detalles aleatorios similares a los que se incluyen en 
                las abducciones, y asume que esos relatos de SF han ayudado en 
                alguna forma a generar los actuales casos de abducción. 
                Entonces encuentra en uno de los libro de Dave Jacobs algo como 
                lo que yo he dicho, y asume que yo me dedico a repetir "como un 
                loro" lo que Dave escribió. Ni siquiera que Dave pudo haberme 
                influenciado, sino que yo me dedico a repetirlo, como si los escritos 
                de Dave hubiesen servido de pauta para los míos. 
              Bueno, al menos Kottmeyer es coherente. Otra vez 
                parece incapaz de concebir que yo haya podido llegar independientemente 
                a la misma conclusión que Dave, ni que quizá me 
                limité a exponerlo así en mi artículo porque 
                habiendo meditado la cuestión, llegué a la conclusión 
                de que en ese punto estábamos de acuerdo. 
              Pero lo realmente divertido es donde dice: "Sandow 
                pretende que yo respondiese en un artículo escrito en 1990 
                a un argumento que no fue formulado hasta dos años más 
                tarde". No, lo que Sandow está diciendo es que ese argumento 
                resulta tan obvio que el propio Kottmeyer debería haberlo 
                pensado por su cuenta, y que nadie que no estuviese limitado por 
                una mente inexorablemente literal hubiera entendido de qué 
                va el debate actual, y hubiese anticipado la objeción más 
                obvia que cualquiera que no estuviese de acuerdo con él 
                le plantearía. 
              Pero es que Kottmeyer no parece entender cuál 
                es el meollo de la cuestión. Parece incapaz de comprender 
                que es la narrativa abduccionista en su totalidad la que Budd 
                y otros consideran única, y que por consiguiente, el hallazgo 
                de detalles aleatorios de la misma en la SF precedente no prueba 
                nada en absoluto. 
              Eso me recuerda (aunque sea una digresión) 
                a las decenas de pleitos que sufren las estrellas del rock por 
                parte de letristas o músicos desconocidos. "Vd. asegura 
                haber escrito personalmente ese gran éxito, pero yo mismo 
                escribí la melodía ¡hace diez años!". O, 
                más bien, lo que escribieron era algo que sonaba como una 
                pequeña parte de la melodía en cuestión. 
                Estos músicos desconocidos nunca ganan esos pleitos, y 
                ello es así porque los jueces y jurados saben que, considerando 
                los millones de personas que escriben canciones, los parecidos 
                ocasionales son inevitables. Así, la sinfonía 
                "Heroica" de Beethoven comienza con un tema que también 
                aparece en la obertura de una opera apenas conocida escrita por 
                Mozart a los 12 años, pero nadie piensa que Beethoven le 
                robó la idea a Mozart. 
              E incluso cuando un compositor repite de forma consciente 
                algo escrito por otra persona, el parecido sigue sin tener gran 
                significado, porque el contexto de ambas obras puede ser muy diferente. 
                Cuando Brahms (que en esa época de su vida era ya un compositor 
                maduro, con muchas obras maestras a sus espaldas) dio a conocer 
                su primera sinfonía, mucha gente señaló un 
                cierto parecido entre parte del tema principal del último 
                movimiento y parte del famoso tema del último movimiento 
                de la Novena Sinfonía de Beethoven. Para Brahms, sin embargo, 
                no había ninguna duda. "Lo más asombroso", contestaba 
                cada vez que alguien sacaba la cuestión, "es que cualquier 
                tonto puede reconocerlo". Y así es, más o menos, 
                como yo mismo me siento respecto de las semejanzas mucho más 
                triviales que Kottmeyer encuentra. 
              Antes, Kottmeyer, desconociendo dónde se 
                situaba Bullard en el debate sobre las abducciones, lo agrupaba 
                con Budd y Dave. Y ahora, al tachar como embarazoso ese elemento 
                del seguimiento permanente de los abducidos por los alienígenas, 
                decide qué partes del escenario abduccionista tienen importancia 
                y cuáles no. 
              Claro que estamos de acuerdo en que necesitamos 
                pruebas materiales de las abducciones. Pero una vez más, 
                Kottmeyer confunde totalmente mis palabras. Lo que yo quiero decir 
                es que su teoría debe permitirnos determinar si es cierto 
                que la SF influencia los relatos de abducción. Esto 
                es, él debería presentar unos criterios claros que 
                permitan decidir si tal influencia es, o no, real. Criterios 
                que, además, deben ser verificables. Yo mismo apuntaba 
                una forma de hacerlo: elaborando predicciones. 
              Pero Kottmeyer empieza por refutar las predicciones 
                de los abducidos, respaldadas por Jacobs o Mack. Yo hubiera preferido 
                que él mismo ofreciese sus propias predicciones a partir 
                de su teoría, para poder determinar si ésta es correcta. 
              Cuando finalmente ofrece algo razonable, relevante 
                y concreto, Kottmeyer se basa en un estudio de 14 abducidos. No 
                puede decirse que sea una muestra muy significativa y además, 
                me pregunto cómo fueron escogidos (y está es una 
                pregunta real, no retórica). Al menos, ¿habrán sido 
                examinados sus relatos de abducción por un investigador 
                cualificado? Por último, recordaré que han existido 
                otras predicciones de la hipótesis psicosocial, como la 
                de que los abducidos tendrían personalidades "tendentes 
                a la fantasía". Tal predicción ha resultado falsa 
                (2). 
              Sin embargo, lo importante es que yo había 
                pedido hipótesis verificables relacionadas específicamente 
                con las afirmaciones de Kottmeyer sobre la ciencia-ficción, 
                y él me responde con una sobre las hipótesis psicosociales 
                en general. 
              He mencionado en repetidas ocasiones que nuestras 
                especulaciones (y aquí incluyo también las de Kottmeyer) 
                no resultan de utilidad en un contexto serio, de ciencias sociales. 
                Con ello quiero decir que los científicos sociales pueden 
                haber estudiado ya algunas de las cosas de las que hablamos, por 
                ejemplo, cómo las ideas pasan de la ficción a la 
                creencia. Si vamos a especular con que esto es lo que podría 
                haber ocurrido con las abducciones, es necesario empezar por analizar 
                la literatura de las ciencias sociales, por si apareciera en ella 
                algunos descubrimientos sobre cómo pueden ocurrir esas 
                cosas, o al menos, sobre cómo han ocurrido en el pasado. 
              Quizá resulte que, en un contexto de una 
                ciencia social en serio, Kottmeyer esté proponiendo algo 
                totalmente novedoso. Por otro lado, también puede ocurrir 
                que lo dicho sea tan obvio que apenas necesite ser probado. 
                Pero él mismo no parece saber dónde está, 
                y para evitarse la responsabilidad de edificar su trabajo sobre 
                una base más sólida, pretende escaparse alegando 
                que yo estoy pidiendo una "gran teoría unificadora". 
              Desconozco que tipo de lecturas literarias hace 
                Kottmeyer, pero me gustaría recomendarle un ensayo del 
                gran escritor argentino Jorge Luis Borges, 
                titulado "Kafka y sus precursores". En él, Borges afirma 
                que, de hecho, Kafka creó 
                a sus propios predecesores, al crear algo tan nuevo que sólo 
                "a posteriori" pueden reconocerse parte del mismo en los escritores 
                que lo precedieron: 
               
                 
                  "Si no estoy equivocado (escribe Borges), estas 
                    piezas heterogéneas que acabo de enumerar nos recuerdan 
                    a Kafka; si no estoy equivocado, apenas si tienen parecido 
                    entre ellas. Este segundo hecho es el más significativo. 
                    En cada uno de estos textos encontramos la idiosincrasia de 
                    Kafka en mayor o menor grado, pero si Kafka nunca hubiese 
                    escrito una línea, seríamos incapaces de percibir 
                    tal cualidad; en otras palabras, no existiría... En 
                    el vocabulario de los críticos, la palabra 'precursor' 
                    es indispensable, pero debe mantenerse limpia de cualquier 
                    connotación de polémica o rivalidad. El hecho 
                    es que cada escritor crea sus propios precursores. 
                    Su trabajo modifica nuestra concepción del pasado, 
                    de igual forma que modifica el futuro" (Borges, Laberintos: 
                    Historias Selectas y Otros Escritos) 
                
              
              En el mundo de los psicosociólogos, la palabra 
                "precursor" resulta inevitable, pero debería mantenerse 
                limpia de cualquier connotación de causalidad. Si las narrativas 
                abduccionistas no existieran, no encontraríamos ningún 
                significado en los detalles que Kottmeyer identifica en viejas 
                películas de SF, y ciertamente, seríamos incapaces 
                de encontrar cualquier relación entre ellos. No existiría. 
                Es la propia narrativa abduccionista la que ha otorgado significado 
                a esos detalles, o al menos, así lo ha hecho en la mente 
                de Kottmeyer. En verdad, las películas de SF no crearon 
                la narrativa abduccionista. Por contra, es la propia narrativa 
                abduccionista la que convierte a dichas películas en algo 
                mucho más importante de lo que son. 
              PARTE II: LA PERTINENCIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES ([N 
                del Editor] En esta segunda parte Sandow trata de mejorar su intento 
                por desafiar la tesis de la influencia de la ciencia-ficción 
                en los relatos de abducción: el autor defiende que la existencia 
                previa de la c-f no es determinante para explicar por qué 
                surgieron estas historias.) 
              No estoy seguro de haber escrito toda mi réplica 
                a Martin Kottmeyer tan claramente como debería. Y, en cualquier 
                caso, me gustaría explayarme en un par de puntos. 
              Primero, ¿por qué necesitamos de las ciencias 
                sociales cuando discutimos sobre las explicaciones psicosociales 
                de los informes OVNI? Esencialmente, por las mismas razones que 
                necesitamos apelar a la Física. Pero en mi anterior nota 
                no di ningún ejemplo concreto, y querría hacerlo 
                ahora. En ocasiones los escépticos, claro está, 
                explican el fenómeno de las abducciones atribuyéndolo 
                a "histeria de masas". Si estuviéramos hablando sobre una 
                luz en el cielo, y un escéptico pretendiese explicarla 
                como un espejismo, tendríamos que discutir sobre la física 
                de los espejismos, para determinar si efectivamente la luz podía 
                explicarse de esa manera. Los efectos ópticos obedecen 
                ciertas leyes, y si la luz no se comporta de la forma en que sabemos 
                que se comportan los espejismos, lo más probable es que 
                no lo sea. 
              Las ciencias sociales nos ofrecen una alternativa 
                similar, aunque reconozco que no tan rotunda. Por ejemplo, ya 
                he mencionado que los escépticos han esgrimido la "histeria 
                de masas" como explicación de las abducciones. Y sin embargo, 
                de alguna forma, por tratarse de escépticos y de ciencias 
                sociales, nadie se para a preguntarse qué es la "histeria 
                de masas". ¿Existe en verdad tal fenómeno? ¿Qué 
                ejemplos del mismo se conocen? Si existe, ¿está regulada 
                por leyes, como los espejismos? ¿Serían aplicables tales 
                leyes a las abducciones? 
              En 1992, durante la Conferencia sobre Abducciones 
                que tuvo lugar en el MIT, el sociólogo Robert 
                Hall se refirió a esta cuestión. Describió 
                varios ejemplos de histeria de masas, pero ninguno de ellos se 
                extendió durante mucho tiempo, y todos aparecían 
                centralizados en lugares concretos. Ninguna mostraba un comportamiento 
                como el fenómeno de las abducciones que es internacional 
                y lleva con nosotros bastantes años. Esto, desde luego, 
                no prueba que las abducciones sean reales, pero sí sugiere 
                que la histeria de masas no resulta (al menos en base a los 
                conocimientos actuales) una explicación tan útil. 
                (Desde luego, puede argumentarse que las abducciones son una forma 
                nueva de histeria de masas, pero ese sería un razonamiento 
                claramente circular). 
              ¿Cómo se aplica todo esto al caso de Kottmeyer? 
                Su tesis (parece que no quiere llamarla teoría, quizá 
                porque él la da como un hecho indiscutible) es que una 
                parte crucial de las narrativas abduccionistas se derivan de la 
                ciencia-ficción. Uno de mis reproches es que él 
                no sitúa nada de esto en el contexto de alguna ciencia 
                social. Se encuentra con alienígenas de ojos grandes 
                en una película SF, y los enarbola como si tuviesen alguna 
                conexión con los alienígenas de ojos grandes que 
                aparecen en las abducciones. 
              Pero, ¿cómo sabe que existe realmente tal 
                conexión? Llegados a este punto es cuando se hace necesario 
                volverse hacia las ciencias sociales, aunque yo soy el primero 
                en no ser un científico social, y por tanto no puedo facilitar 
                los conocimientos necesarios. No obstante, tengo alguna idea de 
                nuestras necesidades al respecto. Kottmeyer cree que ciertos elementos 
                narrativos pueden desplazarse del campo de la ficción hasta 
                llegar a ser percibidos como hechos; que algo como la idea de 
                unos alienígenas de ojos grandes puede empezar en una película 
                y acabar siendo algo que la gente considere real. 
              Pero, ¿ocurre eso realmente? Cualquier científico 
                social (mejor un sociólogo) podría decirnos si existen 
                ejemplos conocidos de tal evolución. Y en caso de que existan 
                ¿cómo son? ¿Se comportan como el fenómeno de las 
                abducciones, o de forma diferente?  
              No puedo dejar de dar mi opinión, aunque 
                ya he dicho que no soy un científico social. Yo mismo puedo 
                pensar en varios ejemplos donde algo que comenzó en la 
                ficción ha quedado establecido en el mundo real. Mi primer 
                ejemplo será el nombre de Cora. Hace unos años, 
                quedé profundamente impresionado al descubrir que se trataba 
                de un nombre totalmente inventado, imaginado por James Fennimore 
                Cooper en El último mohicano para hacer que su heroina 
                sonase más exótica y romántica. A sus lectores 
                debe haberles gustado el nombre, porque se puso de moda y pronto 
                abundaron las niñas llamadas Cora. 
              ¿Se parece esto algo al fenómeno de las abducciones? 
                Bueno, una diferencia fundamental es que El último mohicano 
                fue un libro muy popular, y que precisamente por su popularidad, 
                tuvo ocasión de ejercer una fuerte influencia en la vida 
                real. Kottmeyer encontró a sus alienígenas de ojos 
                grandes en Killers from Space, una película muy 
                menor de los años 50, que nunca alcanzó la menor 
                popularidad. Resulta fácil ver como un nombre romántico 
                en una novela popular puede acabar pasando de la ficción 
                a la realidad, pero resulta difícil comprender cómo 
                o por qué una característica de unos alienígenas 
                en una mala película podría llegar a convertirse 
                en uno de los elementos más prominentes de algo tan difundido 
                y potente como el fenómeno de las abducciones. (Incluso 
                los propios escépticos reconocen su poder, cuando lo llaman 
                un mito moderno). 
              Otro ejemplo podría ser la palabra "grok", 
                inventada por Robert Heinlein en 
                su novela de los años 60 Extraño en tierra extraña, 
                y que ahora está volviendo a ponerse de moda. De hecho, 
                acabo de leer esta explicación sobre su origen en un periódico 
                reciente. Una vez más, no existe la menor analogía 
                con esos detalles de la SF que supuestamente acaban incorporados 
                en las creencias abduccionistas, pues este libro fue un verdadero 
                fenómeno en sí mismo durante los años 60, 
                algo que era casi obligatorio leer, si querías formar parte 
                de la contracultura. Las películas de SF mencionadas por 
                Kottmeyer no tienen este tipo de fuerza. 
              Un tercer ejemplo, quizá más relevante, 
                podrían ser las teorías conspirativas. Llevan siglos 
                entre nosotros (por ejemplo, en el siglo XIX, muchos americanos 
                creían que los católicos eran algo así como 
                un movimiento satánico subterráneo, obedeciendo 
                órdenes del Papa para asesinar a bebés no católicos). 
                Pero en las últimas décadas, realmente las teorías 
                conspirativas se han puesto de moda. Sería razonable teorizar 
                que todo ello deriva de las especulaciones sobre el magnicidio 
                de John F. Kennedy, combinado con 
                los asesinatos de Martin Luther King 
                y Robert Kennedy. No resultaba nada 
                ilógico, especialmente en aquellos momentos, rechazar las 
                explicaciones oficiales y buscar una trama más profunda 
                que pudiese explicar por qué esos tres asesinatos tuvieron 
                lugar más o menos al mismo tiempo. 
              Una vez que las explicaciones conspirativas empezaron 
                a adquirir cierta legitimidad, se extendieron con rapidez. Pero, 
                ¿tiene esto algo que ver con las abducciones? No, porque una vez 
                más, su impacto proviene de algo que era muy importante, 
                en este caso, algo absolutamente central para nuestra vida política 
                y social. Por contra, Kottmeyer nos pide que creamos que un 
                elemento relativamente menor de la cultura popular (y ejemplos 
                todavía menores de los mismos) podrían haber 
                ayudado al nacimiento de algo tan poderoso como han llegado a 
                ser las abducciones en la actualidad. 
              Estoy seguro de haber pasado por alto algunos otros 
                ejemplos evidentes de cosas que han pasado de la ficción 
                a la creencia. Me encantará conocerlos. (Aunque, se me 
                acaba de ocurrir, quizá no sea tan fácil que las 
                cosas arraiguen de esta forma. Consideremos a los vampiros -todas 
                esas películas de vampiros, el gran éxito de Anne 
                Rice- y sin embargo, apenas nadie cree que los vampiros sean reales). 
              Para terminar, ¿quedó alguien confundido 
                por el pasaje de Borges que citaba al final? Me parece que no 
                supe explicarme claramente: Borges se está refiriendo a 
                los predecesores de todo gran escritor. Su ejemplo es Kafka. Examinando 
                la literatura del siglo XIX, llega a encontrar tres anticipaciones 
                de Kafka. En el fondo del asunto subyacen las distintas luchas 
                entre críticos literarios, capaces de afectar a las reputaciones 
                incluso de los más famosos escritores, como si de la Bolsa 
                se tratase. Ocasionalmente, un crítico puede devaluar a 
                un autor encontrando escritores precedentes que hicieron algo 
                similar. Ello hace que el autor en cuestión pierda la aureola 
                de originalidad. 
              Borges nos previene contra tal idea. Los precursores 
                de Kafka que él mismo encontró no tenían 
                nada en común entre ellos. Nada los relaciona excepto el 
                propio Kafka, razón por la cuál puede decirse que 
                él creó a sus predecesores. Los tres ejemplos citados 
                por Borges no significarían nada para ningún crítico 
                literario si Kafka no hubiera existido. Ningún crítico 
                los habría relacionado entre sí, ningún crítico 
                hubiera imaginado que tenían el menor significado. Por 
                tanto, la influencia trabaja hacia atrás. Estos tres precursores 
                aparentes no influenciaron en Kafka; en cambio, Kafka es quién 
                influye en ellos, al otorgarles un significado que no tendrían 
                sin él. 
              Si esta línea de razonamiento resulta demoledora 
                hablando de crítica literaria, ¡cuánto más 
                lo será si nos referimos a la vida real! Kottmeyer piensa 
                que las películas de SF influyen en los relatos de abducción. 
                Sus ejemplos son, en su mayoría, películas sin 
                importancia, y lo que es peor, detalles casi aleatorios encontrados 
                en dichas películas. Si el fenómeno de las abducciones 
                no existiese, nadie habría prestado la menor atención 
                a dichos detalles. Si hiciésemos un listado con los principales 
                elementos de las películas de SF de los años 50, 
                los alienígenas con grandes ojos y los embarazos misteriosos 
                ni se mencionarían. Ciertamente, no tienen comparación 
                posible con los insectos gigantes, o con los monstruos en general, 
                que tan de moda estaban por aquel entonces. 
              ¿Cómo podemos, entonces, decir que estos 
                detalles menores han llegado a influir en algo con unas raíces 
                aparentemente tan profundas como el fenómeno actual de 
                las abducciones? Borges nos ayuda a ver que, también en 
                este caso, la influencia puede muy bien funcionar en sentido contrario. 
                El sentido común ya nos dice que no es muy probable que 
                unos detalles menores en unas películas de los años 
                50 emerjan con tal fuerza 20 años después. Pero 
                Borges nos demuestra que el fenómeno de las abducciones 
                puede atraer a su alrededor a diversos elementos aleatorios de 
                nuestra cultura, convirtiéndolos (al menos, para Kottmeyer) 
                en algo mucho más importante de lo que realmente son.  
              Traducido por Luis 
                R. González Manso 
              NOTAS 
              (*) La primera parte de la réplica fue publicada 
                el 9 Noviembre de 2000en UFO Updates Mailing List (www.ufomind.com/ufo/updates), 
                y la segunda el 10 de Noviembre de 2000, en el mismo foro. 
              
                -  También existe una versión 
                  disponible en mi página electrónica, http:/www.gregsandow.com/ufo 
                  (eliminen el "ufo" del final si prefieren leer mis escritos 
                  sobre música).
 
                - Ring & Rosing, "The Omega Project: A Psychological 
                  Survey of Persons Reporting Abductions and Other UFO Encounters," 
                  Journal of UFO Studies, v. 2; Rodeghier et al, "Psychosocial 
                  Characteristics of Abductees: Results from the CUFOS Abduction 
                  Project," Journal of UFO Studies, v. 3 [new series]; 
                  Donald Johnson, "Personality Characteristics of UFO Abductees," 
                  in Andrea Pritchard et al, eds., "Alien Discussions," North 
                  Cambridge Press, 1994.)
 
               
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