González, Luis R.
Ufólogo, Periodista científico, Economista. España

Licenciado en Ciencias Empresariales y activo colaborador de las revistas Stendek, Cuadernos de Ufología y @nomalía. Desde 1980 colaboró con la revista internacional UPIAR Research in Progress y, más recientemente, con la estadounidense The Anomalist y las británicas Magonia y Fortean Times”. Destacado bibliófilo e investigador, ha publicado importantes trabajos donde aborda críticamente primero el fenómeno de las visiones de humanoides asociadas a OVNIs, y la epidemia de las llamadas “abducciones” años después. Es patrono de la Fundación Anomalía, organización consagrada a alentar el estudio científico, la difusión y a la conservación de documentos históricos sobre el fenómeno OVNI. En los últimos años, acometió la ciclópea

tarea de traducir los ensayos del ufólogo escéptico y ensayista norteamericano Martin Kottmeyer, que comenzaron a difundirse en algunas publicaciones del ámbito iberoamericano donde colabora habitualmente.

UFÓLOGO DE “LOS GLORIOSOS 70...”
Su interés por los OVNIs se remonta a inicios de la década del 70. En 1975 comienza a cartearse, entre otros, con el entonces estudiante de Psicología Miguel Peyró y Juan Antonio Fernández Peris. Con este último, descubre tempranamente los paralelismos entre las observaciones de la “nave aérea” de 1897 y los artefactos volantes descriptos en las obras de Julio Verne antes de dicha oleada. Entre 1975 y 1980 se muda a Barcelona, donde se matricula en Ciencias Empresariales (ESADE). En 1977 comienza a frecuentar las oficinas del Centro de Estudios Interplanetarios (CEI), institución pionera de la ufología española de los setenta, donde traba relación con Pedro Redón, a la sazón director de Stendek. En el número 31 de esa revista (marzo de 1978) publica su primer artículo ufológico, titulado “Problemas temporales del fenómeno OVNI”. Da en el CEI su primera charla y publica su segundo artículo, “La extraña oleada de 1897” (Stendek nº 34, diciembre de 1978) y un tercero donde se atreve a cuestionar la Hipótesis Extraterrestre (Stendek n° 38, diciembre de 1979. A partir de una discusión sobre aquel artículo se relaciona con el periodista argentino Alejandro Agostinelli, una amistad de la que surgirían numerosos proyectos conjuntos (Dios!, entre ellos).
En 1980 obtiene su licenciatura y se convierte en socio del CEI, sumándose al Consejo de Consultores de “Stendek”. A la vez, colabora con Vicente-Juan Ballester Olmos en el lanzamiento de la prestigiosa revista internacional UPIAR Research in Progress. Más tarde, comienza a colaborar con la revista del colectivo Cuadernos de Ufología y, simultáneamente, con La Alternativa Racional y El escéptico, portavoces del movimiento escéptico español. En sus páginas se abre a escribir sobre otros misterios controvertidos, como el caso del Santo Sudario.
Tras un cierto alejamiento del mundillo ufológico ocupado en sus negocios, la idea de crear una entidad que protegiese del olvido y la destrucción los archivos y la documentación acumulada por los ufólogos lo llevó a colaborar en la génesis y consolidación de la primera iniciativa iberoamericana sobre el fenómeno OVNI, de la que se convirtió en uno de sus puntales: la Fundación Anomalía (con sede en Santander, España). También tuvo ocasión de publicar sus primeros trabajos en inglés en la revista Magonia, donde publicó un extenso informe sobre el affaire UMMO, controversia que también fue objeto de sus preocupaciones recientes. Es responsable del Suplemento Internacional de la revista Cuadernos de Ufología, un intento por poner a disposición de los lectores hispanohablantes los mejores articulos publicados en la prensa ufológica extranjera, fundamentalmente del ámbito anglosajón. También colaboró con varias entradas en la obra pionera de la Fundación, “Diccionario Temático de Ufología”.

LA FIABILIDAD DE LA CIENCIA
A diferencia de otros escépticos, González no considera que el pensamiento crítico deba abrirse el paso a empujones. “No tengo el menor interés en hacer de Mesías enseñándole a la gente lo que debe hacer”, dice. Prefiere “hacer lo posible” para que los charlatanes o divulgadores de poca monta no abusen de la credulidad popular. “No estoy dispuesto a que los charlatanes abusen de la gente, aunque a veces siento la tentación de dejarles. Tengo comprobado que nadie escarmienta en cabeza ajena. Me molesta que existan tantos parásitos aprovechándose de la gente ingenua que, sin embargo, cuando va a comprarse un coche nuevo, sí sabe poner en práctica un sano escepticismo… Quizá (y sólo quizá, soy escéptico hasta en eso) el mundo iría mejor si todos aplicásemos un sano escepticismo en todos los órdenes de la vida.
Pese a que González no se pregunta con frecuencia cuáles son los límites entre conocimiento científico, creencias religiosas y paranormales, arriesga una opinión: “El conocimiento religioso se basa en la fe, en la creencia sin necesidad de pruebas; el conocimiento paranormal a menudo se basa en experiencias a las que la persona no ha sabido encontrar explicación (aunque la tengan); y el conocimiento científico, para la mayoría de la gente, es otro tipo de conocimiento ‘mágico’ que unos intermediarios, los científicos, nos entregan en aburridas dosis simplificadas que nos obligan a memorizar en la escuela. Para el común de los mortales, en poco se diferencia de otra religión, si acaso en que sus ‘recompensas’ (pero también ‘amenazas’) son de este mundo: televisores, coches, bombas atómicas... Desde una perspectiva más teórica, lo más importante sería cómo obtener dichos conocimientos, y en mi caso, considero que el método científico es el único fiable.” Defiende la idea de que creencias religiosas y paranormales son intercambiables. “Para muchos occidentales, Dios ha muerto, o al menos se encuentra demasiado lejos. Así, la fascinación por lo maravilloso se traslada a lo paranormal… Mi consejo es no creer en nada, especialmente si llegas al extremo de hacer grandes sacrificios para mantener tu creencia. Si necesitas creer en algo, al menos intenta ilustrarte sobre los distintos puntos de vista y llegar a una síntesis personal. De hecho, recomendaría al menos una vez al año, hacer de propio abogado del diablo y buscar argumentos para defender la creencia opuesta a la que nosotros prefiramos. Nadie debe temer cuestionar sus propias creencias, sólo así podremos descubrir a tiempo si estamos equivocados.”

Fuentes consultadas:
Correspondencia personal con A. Agostinelli.
González, Luis R. “Mis recuerdos del CEI”, Octubre 1999.

BIOGRAFÍAS RELACIONADAS:
Martin Kottmeyer
Miguel Peyró
Juan Antonio Fernández Peris
Julio Verne
Alejandro Agostinelli
Vicente-Juan Ballester Olmos

ENLACES RELACIONADOS:
The Anomalist
Magonia
Fortean Times
Fundación Anomalía
Cuadernos de Ufología
El escéptico
Diccionario Temático de Ufología

 

[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Fraudes, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]
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