En la Argentina, la "tradición brasera" sigue
viva en Formosa, por ejemplo. En distintas localidades, en la
última semana de junio los vecinos preparan una pista de
carbón que se extiende a lo largo de 2 metros por 1 metro
de ancho y 20 cm de alto que es corajuda, puntualmente cruzada
por numerosos "pasantes". Generalmente, al atardecer
del día 23 y pasada la medianoche, se descalzan para iniciar
esta práctica ancestral, casi siempre por ciudadanos que
-sorprendidos por su "extraordinaria" capacidad- se
sienten elegidos, acaso por desconocer tanto los motivos físicos
y fisiológicos por los cuales el fuego no les quema -explicados
por el doctor Henri Broch en nota
aparte- como la historia de la práctica que
celebran con unción.
El mismo festejo se repite en el departamento de
Sarmiento, San Juan, donde Luis Paredes -no sin invocar al santo
patrono local- asegura oficiar el ritual desde hace 30 años
gracias a sus "poderes especiales". Paredes reza unas
plegarias y hace arder una pira de leña seca de ciruelo
de tres metros de alto, que se consume hasta quedar al rojo. Ya
descalzos, Paredes y varios vecinos marchan alrededor de las brasas
al grito de "¡Viva San Juan el Bautista!" . Algunos
caminan a trancos firmes a través de aquella alfombra al
rojo que oscila entre los tres o cuatros metros de largo. Los
acompañantes de Don Paredes parecen caer en una especie
de trance donde "pierden la conciencia". Al finalizar
la caminata, juran sentir "una gran paz interior". (1)
Cruzar el trayecto sin quemaduras, o casi sin ellas, debe ser
muy tranquilizador...
Y CUANDO MIRAS LA HUELLA DETRÁS... La
caminata ardiente ya es patrimonio de la new age y por tanto se
la puede practicar en cualquier parte sin invocar ninguna tradición
lejana. En varios países de América Latina existen
grupos donde enseñan a hacerlo y tan campantes. Algunos
terapeutas holísticos le llaman "caminata mágica".
La Fundación Armonía Global, con sede en Santa Fe
de Bogotá, Colombia, asegura que pasear sobre el fuego
es "una oportunidad para la comunión con el espíritu,
descubrir el ilimitado potencial que dormita dentro de cada
ser humano, una puerta que se abre para adquirir experiencias
y conocimiento mediante el contacto directo con nuestro espíritu".
Preparan a sus alumnos para ir a pie descalzo sobre brasas que
extienden a lo largo de cinco metros y lo proponen como una ocasión
para "para re-evaluar sus vidas y re-escribir su destino".
El desafío: "sobreponerse al temor a quemarse",
ya que el temor sólo es "una respuesta biofísica
a una situación o pensamiento". Ante la pregunta de
si "siguen algún sistema de creencias para caminar
sobre el fuego", la Fundación responde: "Nosotros
somos creadores de nuestra realidad, es la mente sobre la materia".
¿Recuperar alguna vieja filosofía sagrada? ¿Iniciarse en
cierto misterioso arcano esotérico? Nada de eso: sólo
alcanza con "recibir un cursillo". ¿Qué aprenderá?
La respuesta no arroja revelaciones de un misticismo muy profundo
que digamos: "Necesitamos estar listos -dicen- para descubrir
quienes realmente somos". Después de caminar sobre
el fuego, nunca seremos los mismos". (2) Sobre todo -añadimos-
si el practicante es disciplinado y sale con los pies ilesos de
la experiencia...
...VERÁS LA SENDA QUE NUNCA HAS DE VOLVER
A PISAR A propósito del Festival de Terapias Alternativas
2do Encuentro Holístico en el Alto Bío Bío,
Chile, la ingeniero en marketing y ex miembro de Misión
Rama, Mariella Norambuena, citó
a la caminata sobre las brasas como parte de un "viaje chamánico".
Su definición sobre el acontecimiento es calcada (por
no decir plagiada) del que presenta en su web la Fundación
Armonía Global. Se atreven al copy & paste, pero
no se animan a trancos tan largos como sus compañeros colombianos:
en vez de cinco metros de caminata, propone caminar solamente
tres. Y pide acudir al ritual, como si el color del atuendo
sofocara el poder del dios del fuego, ataviados con ropa blanca.
(3)
Como escribió Henri Broch, "cualquiera
puede caminar sobre brasas". E insistimos en citar al profesor
Broch porque él, a diferencia nuestra, tuvo el coraje de
poner su teoría (pero, sobre todo, sus pies) a prueba:
"No es para nada necesario poseer poderes de ninguna naturaleza
paranormal, áun cuando ciertas personas se jacten de ello.
Nada de lo concerniente a la caminata sobre el fuego está
más allá de la realidad. El dolor (es decir,
la percepción del daño corporal sufrido, no el daño
en sí) puede efectivamente silenciarse mediante técnicas
de distracción de la atención, por ejemplo produciendo
imágenes mentales de gran intensidad, un esfuerzo físico,
una respiración acelerada o aún el canto."
Si aún sigue interesado en probar, repase
el
artículo de Broch. Y sino, mejor: a veces no
hace falta arriesgar el pellejo cuando la explicación está
en un buen libro de física o... leyendo los curtidos repliegues
de la planta del pie del gurú de turno.
Referencias:
1) Sin autor, "Festejo del Santo Patrono de San Juan.
Una vez más, fieles creyentes caminaron descalzos sobre
las brasas", en Diario
El Zonda, 25 de junio de 2003.
2) Fundación
Armonía Global
3)
Festival Alto Bío Bío
4) Broch, Henri; Cómo
caminar sobre brasas encendidas, en El Ojo Escéptico
N° 7/8, Año 3 Julio de 1993. Pp. 51-54. 1993 © CAIRP.
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Broch
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