George W. Bush se proclama
a sí mismo un ‘cristiano renacido’. Sin embargo, Bush y
sus autoungidos compañeros neocristianos, como el Líder
Mayoritario del Congreso, Tom DeLay,
John Ashcroft, y el buhonero de carnaval
del campo de juego del Libro de Revelaciones, Franklin
Graham, parecen revolcarse en un lujurioso culto de
sangre "cristiano" en lo que se refiere a poner
en práctica las enseñanzas del fundador del cristianismo.
Esta forma de cristiandad de culto, con más énfasis
en la muerte que en la vida, también le preocupa a las
principales religiones cristianas y a Juan
Pablo II en particular.
Sólo basta revisar el récord de Bush
como gobernador del estado de Texas para ver su preferencia personal
por la muerte. Durante su período como gobernador, Bush
presidió un número record de 152 ejecuciones, incluyendo
la ejecución de la compañera cristiana renacida
Karla Faye Tucker, una convicta
de asesinato que luego realizó un ministerio en la prisión.
De las ejecuciones consentidas por Bush, sólo 40 tuvieron
lugar en 2000, año durante el cual la campaña presidencial
de Bush ponía énfasis en su trayectoria de aplicación
obligatoria de la ley. El periodista del Washington Post,
Richard Cohen, informó en octubre del 2000 que Fred Allen,
uno de miembros del grupo de ejecución, había tenido
que preparar a tantas personas para inyecciones letales durante
el año 2000 que abandonó su trabajo en disgusto.
Bush se burló de la súplica de clemencia
de Karla F. Tucker. En una entrevista con la revista Talk, Bush
imitó la súplica de Tucker para que le permitiera
vivir y, apretando sus labios, entrecerrando los ojos y usando
una voz aguda dijo: "Por favor no me mande a matar".
Eso fue demasiado para el ex-candidato a la presidencia de
la GOP, Gary Bauer, él mismo
un cristiano evangélico. "Yo pienso que es nada menos
que increíble que un gobernador de uno de los estados principales
postulado para la Presidencia haya pensado que estaba bien burlarse
públicamente de una mujer que él aceptó que
condenaran a muerte", dijo Bauer.
Un ex-oficial del Departamento de Seguridad Pública,
católico romano practicante, me comentó que Bush
se jactaba de ignorar datos de DNA y casos documentados
que presentaban mal comportamiento de enjuiciamiento antes de
mandar a reos inocentes a la cámara de inyecciones letales
de Huntsville, Texas. También explicó que el
número de personas con discapacidades mentales, de americanos
africanos, y de los menores que cometieron crímenes capitales
eran suficiente prueba de que Bush era un "falso cristiano".
Cuando George Ryan, el gobernador
republicano del estado de Illinois, se encontró con problemas
similares, conmutó las sentencias de muerte de los condenados
en su estado y dejó en libertad a otros al descubrir que
habían sido condenados por error. Sin embargo, el Partido
Republicano está ridiculizando a Ryan y el Departamento
de Justicia de John Ashcroft continúa sus investigaciones
del ex-gobernador por malversación política como
si Bush y Ashcroft estuviesen libres de pecado en ese tema.
La hipocresía ciertamente gobierna al Partido Republicano.
La lujuria de sangre de Bush se ha extendido
alrededor del globo terrestre. Bush autorizó a la CIA
de asesinar a quienes sean considerados una amenaza a los intereses
nacionales de los Estados Unidos. Ha suspendido virtualmente las
Órdenes Ejecutivas número 11905 (Gerald
Ford), 12306 (Jimmy Carter)
y 12333 (Ronald Reagan) que prohíben
el asesinato de líderes extranjeros. La determinación
de Bush de matar a Saddam Hussein,
su familia y sus líderes principales con misiles guiados
de precisión y armas nucleares de táctica como bombas
MOAB (Massive Ordenance Air Blast) es otra indicación de
hacer caso omiso de sus predecesores republicanos y demócratas.
Ahora parece ser que en su empeño por matar a Hussein,
unos civiles dueños de un restaurante en Bagdad fueron
muertos por uno de los JDAMs (Amuniciones Conjuntas de Ataque
Directo). Guste o no guste, Saddam Hussein era reconocido como
líder de Irak -un estado miembro de las Naciones Unidas-
por más de 100 naciones.
CARIDAD CRISTIANA Bush no hizo oraciones ni
una vez por los civiles inocentes que murieron como resultado
del ataque de los EEUU a Irak. Bush se ‘posiciona’ con lo militar
en discursos goebbelescos y hace constantes referencias a Dios
cuando habla de la ‘victoria’ de los Estados Unidos en Irak, como
si Dios endosara sus sórdidas matanzas. No hace mención
de los niños, las mujeres y los ancianos muertos por ‘misiles
guiados de precisión’, bombas y ‘gatilleros’ alborotados
de las tropas de los EE.UU. De hecho, Bush se deleita en baños
de sangre sin discriminar. Como él nunca experimentó
tales matanzas en el Asia del Sureste cuando el estuvo AWOL (retirado
sin permiso) en su unidad de la Guardia Nacional de Texas durante
su servicio militar, Bush no parece comprender el horror de
los padres al ver a sus hijos perder la cabeza o miembros
a causa de las sorpresivas explosiones de ‘shrapnel’, o a niños
siendo testigos de la muerte de sus padres incinerados mientras
la propia grasa del cuerpo nutre las llamas.
DESTROZAR AL DISIDENTE Bush y sus consejeros,
quienes habían sido avisados previamente que los antiguos
artefactos y la colección de documentos históricos
y libros estaban en peligro, observaron cómodamente desde
sus asientos mientras los museos de Bagdad y Mosul y la Biblioteca
de Bagdad eran saqueados y destruidos. Históricamente,
los líderes de cultos han intentado destruir la historia
para inventar su propia versión. Los soviéticos
han tratado de destruir las tradiciones Rusas Ortodoxas, convirtiendo
un número de iglesias en bodegas, almacenes y establos.
La Pol Pot de Cambodia trató de aniquilar el famoso santuario
del budismo Angkor Wat en un intento de borrar la historia budista
de su país. En marzo del 2001, mientras estaban negociando
con la administración de Bush sobre un gasoducto de gas
natural, el Talibán de Afganistán voló dos
estatuas Buda de 1.600 años en Bamiyan. La propia administración
de Bush, manejada por fanáticos religiosos, apenas hizo
ninguna protesta por la pérdida de las reliquias. No sería
la primera vez que la administración de Bush ignorara el
saqueo de tesoros de la historia.
El saqueo de los tesoros históricos de Irak
es comprensible cuando uno considera qué piensan los
cultistas de sangre cristianos sobre el Islam. Franklin Graham,
heredero del imperio construido por su padre antisemita, Billy
Graham, ha decidido que estar en contra de los musulmanes
es mucho más provechoso económicamente que estar
en contra de los judíos. Las notas históricas
de Billy Graham en las cintas grabadas de Richard
Nixon, se quejaban de la influencia de los judíos
en los medios y cómo los judíos eran responsables
de la pornografía.
Franklin Graham continúa disfrutando el acceso
libre y cuestionable de su padre a la Casa Blanca. Pero, en
Bush, el joven Graham tiene un adherente fanático.
Graham ha llamado al Islam una "religión malvada y
perversa". Entonces, anuncia que quiere ir a Irak. Graham
obviamente ve la oportunidad de convertir a musulmanes y a los
cristianos orientales que no se han arrepentido debidamente y
que le deben su lealtad a los prelados romanos y griegos y a su
pervertida forma de cristiandad de culto sangriento. Graham
dice que él está listo para enviar sus misioneros
a Irak a proveer asistencia. Los musulmanes y los cristianos
de las principales denominaciones temen que Graham quiera intercambiar
alimentos, agua y medicinas por los bautismos de iraquíes
a su intolerante estilo de cristianismo. En la Guerra del Golfo
pasada, Graham no pudo salirse con sus engaños. El comandante
de la operación Tormenta del Desierto, General Norman
Schwarzkopf, le puso límites antes de que comenzara
el plan de Graham, según el cual iba a enviar 30.000 biblias
en árabe a las tropas estadounidenses en Arabia Saudita.
El Pentágono de hoy día no muestra intenciones
de poner riendas a Graham. Lo invitó a que diera un
sermón de Viernes Santo en el Pentágono, lo que
causó gran consternación a los empleados musulmanes
del Departamento de Defensa. Y aún peor es el hecho de
que bajo la "Iniciativa Basada en Fe" de Bush, Franklin
Samaritan´s Purse (La Bolsa del Samaritano) de Graham
está por recibir fondos del gobierno de los Estados Unidos
para sus esfuerzos de conversión en Irak, algo que
debería ser una afrenta para los estadounidenses que pagan
sus impuestos.
QUÉ CREEN EN EL VATICANO La autoproclamada
adhesión de Bush al cristianismo (durante uno de sus debates
presidenciales dijo que Jesucristo era su ‘filósofo’ favorito)
y su constante referencia a una nueva infraestructura internacional
pasando por alto el sistema de las Naciones Unidas y tratados
internacionales de largo aliento, preocupan a los altos líderes
de la Iglesia Católica Romana. Fuentes bien informadas
que están muy cerca del Vaticano informan el creciente
interés del Papa Juan Pablo II sobre las intenciones finales
de Bush. El Papa tiene experiencia respecto de la obsesión
fetichista de Bush por la muerte. Bush ignoró el ruego
del Papa de que le perdonara la vida a Karla Faye Tucker, demostrando
que también ignoraba cuáles eran las principales
religiones del mundo. Bush rechazó una apelación
de salvar a Tucker del Consejo Mundial de Iglesias -una organización
que representa a más de 350 de las Iglesias Protestantes
y Ortodoxas del mundo. No le importó que la propia Iglesia
Metodista a la que él pertenece y la Iglesia Episcopal
a la que pertenecen sus padres fueran miembros del mencionado
Consejo Mundial.
La lujuria sangrienta de Bush, su repetido compromiso
a la fe cristiana, y sus constantes referencias a los ‘malignos’,
llevan todas las marcas -a los ojos de líderes devotos
católicos- del que fue anunciado en el Libro de Revelaciones,
el Anticristo. Personas cercanas al Papa alegan que -ante estas
preocupaciones-, el Pontífice desearía ser más
joven y gozar de mejor estado de salud para efrentar el hecho
de que Bush puede representar a la persona profetizada en Revelaciones.
Juan Pablo II siempre ha creído que el mundo se encuentra
en el precipicio de la confrontación final entre el Bien
y el Mal, como se ha predicho en el Nuevo Testamento. Antes de
ser Papa, Karol Cardibal Wojtyla dijo: "Estamos ahora ante
la faz de la mayor confrontación histórica que ha
pasado la humanidad. Yo no creo que los amplios círculos
de la sociedad americana o los grandes círculos de la comunidad
cristiana se percaten de esto en su totalidad. Estamos ahora enfrentándonos
a la confrontación final entre la Iglesia y la Anti-Iglesia,
del Evangelio versus el anti-Evangelio." El Papa, quien creció
enfrentándose a la maldad de Hitler y de Stalin, reconoce
el mal cuando lo ve. Aunque todos podemos discutir infinitamente
la efectividad del Papa en reducir los abusos dentro de su Iglesia,
sus logros fuera del catolicismo son impresionantes.
Según periodistas próximos al Vaticano,
al Papa y a sus consejeros más cercanos también
les preocupa que los máximos actos de maldad -los ataques
terroristas del World Trade Center y el Pentágono- hubieran
sido previamente conocidos por oficiales mayores de la administración
Bush. Al permitir que los ataques siguieran su curso, existe
una percepción dentro de la jerarquía de la Iglesia
Católica Romana de que se implementó un golpe
de estado, el mismo que le dio a Bush y a su liderazgo poderes
casi dictatoriales para concretar su agenda.
El Papa trabajó arduamente para convencer
a líderes de naciones en el Consejo de Seguridad de la
ONU de que se opusieran a la resolución de guerra de Bush
contra Irak. Fuentes del Vaticano alegan que no habían
visto al Papa tan animado y determinado desde que comenzó
a padecer la enfermedad de Parkison. Al final, el Papa sí
convenció a los líderes de México, Chile,
Camerún y Guinea a que se opusieran a la resolución
de los EEUU. Si uno fuera a creer en el Libro de Revelaciones
como cree fervientemente el Papa, podría encontrar consuelo
en anotarse una victoria simbólica en contra de la administración
de Bush. Ya sea que Bush represente una ideología derechista
peligrosa que mezcla su fanatismo político con un culto
de sangre neocristiano (esa es mi opinión) o que sea el
Anticristo o su precursor, el Papa debería saber que
ha peleado una buena batalla y se ha ganado el respeto y la admiración
de muchos no católicos en el mundo.
2003 © Wayne Madsen Título Original:
"El Vaticano Expresa Preocupación por El Culto de
Sangre ‘Cristiano’ de Bush". 22/04/03. Primera publicación:
COUNTER PUNCH http://www.counterpunch.org
Traducido del inglés por
Lionel Fernández
Wayne Madsen es un periodista investigador y columnista.
Vive en Washington, D.C.
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