Bower, Doug; Chorley, Dave
Artistas, ‘Crop Circle Makers’. Pioneros. Inglaterra

Doug Bower (izq.), artista, nació en 1929 en Upham, cerca de Southhampton, Inglaterra. Dave Chorley, aficionado al arte como Doug, nació en el mismo condado, en 1924. Se conocieron hacia 1968, cuando Bower fue a su negocio de arte a comprar un marco. Se hicieron muy amigos. Años después, disfrutaron del sigiloso placer de convertir a la campiña del sur de Inglaterra -donde estamparon los extraños mojones de su epopeya- en el lienzo más grande del mundo después de los "grafitis cósmicos" trazados en las Pampas de Nazca.


La historia siguió su curso hasta 1991, cuando se confesaron artífices de los primeros ‘círculos de cereal’, una de las travesuras ufológicas más controvertidas del siglo XX.

Tanto fue así que pocos creyeron en su confesión. Tanto, que aquella diversión nocturna devino en una nueva, trangresora forma de arte contemporáneo. Al comenzar, Doug y Dave ignoraban que aquellos "círculos", viciosos por naturaleza, estaban predestinados a perdurar: nacieron a expensas de quienes no los creyeron obras de arte sino consecuencia de la acción de una "inteligencia superior": un camino que, para el creyente de la primera hora, es difícil de desandar.

Doug Bower, a los 77 años, sigue siendo en Inglaterra una estrella mediática de la contracultura paranormal, como lo fue en 2002 tras el estreno de Señales, el film dirigido por M. Night Shyamalan, quien irritó a los creyentes al imaginar a las formaciones "anclas de navegación" proyectadas por los extraterrestres antes de invadir a la Tierra. Dave Chorley también disfrutó de los insospechados rebotes culturales y mediáticos de la monumental broma, pero eso fue hasta 1997. La odisea afectó tanto las vidas de Doug y Dave (de ahora en adelante, D&D) que Dave, en su lecho de muerte, le hizo jurar a su compañero en la aventura que no cejara en su empeño de mantener en alto la afirmación de que ambos fueron los precursores artísticos de la saga de los ahora mundialmente famosos círculos de cultivos ("crop circles").

EL PRIMER "NIDO"
Todos los viernes, D&D concurrían al pub Percy Hobbs, en el condado inglés de Winchester, donde se sentaban a tomar algunos chops mientras conversaban sobre el sexo de los ángeles y se mostraban sus más recientes creaciones, en témpera o acuarela. En una incierta noche de verano a mediados de los setenta, decidieron cambiar sus existencias rutinarias. Aquel día se lanzaron a invadir los campos de trigo y crearon el primer "círculo de cultivo". Luego le seguiría otro, y otro y otro hasta erigirse -con la ayuda de ufólogos, medios y granjeros- en una de las más increíbles leyendas vivientes del siglo XX. Porque esa lúdica odisea campestre iba a convertir a los amigos en los artistas más extravagantes que nadie, ni ellos mismos, había imaginado jamás.

Aquella noche, Doug charlaba con Dave de OVNIs, un tema que al primero le fascinaba. De pronto, recordó algo que había leído en 1958, cuando con su esposa Ilene emigraron a Melbourne, Australia, donde vivieron ocho años. Por entonces, cerca de Tully, en el norte de Queensland, había aparecido un misterioso círculo en un pantano. El chofer de un tractor dijo haber visto despegar a un platillo volador, que luego formó un remolino en el pasto. Al otro día, los diarios especularon con que la marca había sido causada por el aterrizaje de una nave extraterrestre. Los ufólogos le llamaron ‘nido de platillos’ y la imagen de la impronta se eternizó en libros y revistas dedicados al tema.

La fecha exacta en que D&D aseguran haber comenzado con sus andanzas no es clara: entonces no podían prever que ese detalle le pudiera importar a alguien. En sus primeras declaraciones las situaron hacia 1978, pero con la ayuda del joven periodista Jim Schnabel recordaron que ya en 1975 habían diseñado sus primeros círculos (1). "¿Qué crees que pasaría si hiciéramos uno de esos nidos aquí?", bromeó Doug. "La gente pensaría que aterrizó un platillo volador", respondió Dave. No lo pensaron más: fueron a la tienda de marcos de Doug y de allí quitaron, para tener con qué aplastar el cereal, la barra metálica que atrancaba la puerta. La técnica, al principio, era simple: Dave se paraba en un extremo de la barra como si fuera el pinche de un compás y Doug giraba en círculos como si fuera el brazo del instrumento, tumbando las plantas con exquisito cuidado. El primer círculo, le confiaron D&D a Schnabel, lo hicieron ‘en cuatro patas’, por miedo a que alguien los descubriera. La obra pionera tenía nueve metros de diámetro y el trabajo les insumió... media hora. Durante los primeros veranos, a lo largo de cuatro o cinco años, nadie vio sus creaciones y estuvieron a punto de tirar la toalla. Decidieron, en cambio, cambiar de táctica y hacerlos donde alguien viera a sus trabajos, los relacionara con huellas de OVNIs e informara a la prensa. Primero, refinaron el procedimiento: reemplazaron la barra por una soga o una cinta de agrimensor. Luego, para aplastar más parejo el cereal, usaron un tablón, al que ataban con cuerdas e iban empujando con los pies. Doug usaba una gorra de béisbol con un alambre circular pendiendo de la visera como una mirilla frente a su ojo izquierdo, dispositivo que le permitía moverse de manera rectilínea. Para crear los luego famosos "quintupletes" (cuatro círculos alrededor de un gran círculo central), clavaron una cruz fija en el centro del círculo principal. Allí ataban una cuerda y Doug se alejaba. Cuando la soga se situaba paralela a una de las ramas de la cruz, Dave le hacía una señal con una linterna roja para que se detuviera. Ahí Doug paraba y hacía otro círculo. Tardaban más en llegar al lugar que en terminar la obra. Con los años fueron perfeccionando sus técnicas y el estilo de sus creaciones. Y comenzaron a aparecer las primeras noticias en la prensa. (2)

SECRETOS COMPARTIDOS
El primer diario que informó la aparición de un círculo fue The Wiltshire Times, en 1980. Pero D&D recién se enteraron un año después: era un periódico regional y ellos sólo leían los tabloides de Londres y los diarios de Southampton. Leyeron la noticia mientras trataban de hacer sus primeras formaciones triples en Punch Bowl. Como lo habían previsto, la noticia relacionó aquella formación con aterrizajes de OVNIs. El recorte los entusiasmó. Y la responsabilidad sobre sus creaciones fue in crescendo. Schnabel cuenta que Doug -si bien era el más organizado y sistemático a la hora de planificar las obras- empezó a llevar papel higiénico a los campos porque temía desgraciarse ante la ansiedad que le causaba la posibilidad de ser descubiertos. Pronto advirtieron que sólo la discreción garantizaría el éxito. Y el éxito consistía en que sus obras fueran un perfecto misterio. Ni siquiera Ilene, la esposa de Bower, supo nada hasta 1984. Durante más de medio siglo de matrimonio feliz, aunque sin hijos, sus noches de "viernes con amigos" eran parte del contrato. Pero con el tiempo, las salidas nocturnas de su marido se volvieron más prolongadas y sus sospechas crecieron. Algo raro estaba sucediendo. "Durante siete años -confesó Doug-, mantuve a Ilene en la oscuridad. Era tan perfeccionista que cuidar el secreto era parte de un todo". Ilene sospechó que Doug estaba viéndose con otra mujer. Y pensaba que Dave era una mala influencia para su marido. Ilene llevaba las cuentas de la casa y estaba cada vez más desconcertada porque su coche necesitaba mantenimiento cada vez más seguido. Así, comprobó que, pese a que las salidas del matrimonio eran más cortas, el kilometraje crecía. Y le pidió explicaciones. En 1985, Doug acabó confiándole que él, con su amigo Dave, habían sido los creadores de los círculos de cereal de los que todo el mundo hablaba. Al comienzo no le creyó. Así, él le mostró los instrumentos que usaban y planos de los círculos originales con un álbum de los trabajos terminados. Doug vio que para Ilene esa evidencia no era suficiente y la llevó a un campo donde creó un círculo para ella. Esa demostración fue un secreto compartido durante seis años. Recién en 1991 se decideron a contar al mundo la hazaña.

CONSPIRACIÓN EN PELIGRO
D&D se hicieron famosos en su madurez. Pero eran más jóvenes cuando se entretenían superándose a sí mismos -y desafiando a sus primeros competidores- y pasaron desde los nidos simples hasta los quintúpletos, o a los intrincados pictogramas de fines de los ‘80. La audacia con que realizaron algunos ‘crops circles’, muy cerca de lugares habitados, fue premiada con más difusión. Doug, por ejemplo, creó un círculo al lado de la casa del ex ministro de Hacienda, Denis Healey. El funcionario lo fotografió y el Daily Mail publicó la nota bajo el título "El cometa de Healey"... En la Navidad del ‘88, Dave quiso parar. No se estaba tomando el asunto con la misma seriedad que su compañero. Promediaba el verano de 1989 y Doug, enojado por la debilidad de su compinche, intentó retenerlo con una promesa. "Algún día -vaticinó- habrá embotellamientos; cientos de curiosos harán fila para ver nuestras creaciones". Pero Dave respondió que desertaba. Doug, en cambio, siguió en solitario. Aunque a veces lo acompañaba la mujer, Doug comenzó a aburrirse. "Ya no tenía la misma gracia", recuerda. D&D estuvieron separados más de un año y al menos otro grupo de ‘hacedores de círculos’ amenazó con hacerles sombra. Por fin, se reconciliaron y celebraron el reencuentro creando el extraño ‘círculo cuadrante’ de Winter Bourne Stoke. Dave había tomado mucho esa noche. La nueva obra, hermosa y extraña, los colmó de orgullo. "La creación confundió a Terence Meaden y convirtió a Ralph Noyes [viejo compañero del conocido cerealólogo Colin Andrews] a la hipótesis paranormal", escribe Schnabel.

D&D llegaron a colarse entre los ‘expertos’ para seguir el hilo de sus teorías y jugar con ellas, confirmándolas unas veces y contradiciéndolas otras. Dejemos que lo cuente Schanabel: "Iban a admirar su trabajo a la luz del día mezclándose entre los curiosos. Fingían inocencia y preguntaban qué pensaban, mordiéndose las lenguas para no reirse de las respuestas. Así, se volvieron una presencia familiar para los cerealólogos Andrews, Pat [Patrick] Delgado y Noyes, quienes los consideraron ‘dos viejitos entusiastas’. Ellos, ocasionalmente, los asistían en las fotografías, al tomar medidas y en la evaluación de los patrones de giro." ‘Nos divertíamos en grande’, festeja Doug. No era para menos: D&D jugaban a dos puntas, como ya lo había comenzado a hacer en España, desde 1966, el fumista José Luis Jordán Peña con sus bizarras cartas del planeta UMMO.

METEORÓLOGO A CONTRAMANO
La aparición en escena de Meaden, primer científico de cierto renombre involucrado en el asunto, no estaba en sus cálculos. De hecho, sus extravagantes hipótesis dieron a los círculos un áura de "legitimidad científica" que a D&D no les interesaba. Su teoría de los ‘vórtices plasmáticos’ -que sacaba del medio tanto la hipótesis ufológica como la artística, inseparable de la primera- enojó a los amigos. Pero luego acabó siendo incluso más divertida que las ufológicas o las ecologistas. "Chorley y Bower -escribe Schnabel- decidieron darle una lección creando una formación que su teoría tal vez no iba a digerir". Mientras el meteorólogo iba en camino a convertirse en una celebridad en la materia asegurando que las plantas de los anillos aparecían aplastadas en una dirección, porque ‘así operaban los torbellinos’, D&D se apuraban en hacer círculos que -literalmente- les llevaran la contraria, creando anillos alrededor del círculo que rotaban en el sentido opuesto. Pero Meaden, director del grupo Tornado and Storm Research Organization (Torro), quemó las naves tratando de explicar este insólito comportamiento sin pensar siquiera en la hipótesis humana. Los ufólogos clásicos o los adeptos a la New Age tenían menos problemas que Meaden para explicar los cambios. Tan confiada era su entrega al misterio que Colin Andrews, en una ocasión, llegó a ‘conjurar un poltergeist’ en un pozo que habían improvisado en una de sus creaciones. Otros cayeron extasiados ante pictogramas semejantes a fractales (tal el caso del astrofísico y ufólogo Jacques Vallée, quien aún en 2002 sostiene que estas formaciones neutralizan la hipótesis humana) o evocaron que grafismos similares a los de los indios Hopi reforzaron la idea de que éstos son mensajes que "emergen del inconsciente colectivo". D&D, en tanto, se enorgullecían cuando alguien atribuía los círculos a "inteligencias superiores". La inteligencia de los cerealólogos, como mínimo, no superaba a la de Doug y Dave, ya que los primeros ni repararon que los primeros círculos aparecían solamente los sábados...

 

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[Por Heriberto Janosch y Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]
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