Doug Bower Superstar. Aquí, el día del estreno de "Señales".
 

LOS "VÓRTICES INESTABLES": ¿UN ORIGEN ETÍLICO?
Jim Schnabel, quién también fue artista del cereal, cuenta en su excelente libro una historia del "campo de batalla" que no tiene desperdicio: "En 1989, en plena competencia con otro grupo [de creadores de círculos], D&D no sólo concebían sus diseños para mantener su supremacía sino que querían desatar un pandemonium entre los acólitos de Delgado y ‘acabar con Meaden para siempre’." El
primer diseño fue inspirado en una pintura modernista de los años 20 incluido en un libro de arte de Dave. Era un triángulo con barras rectangulares. Descartaron el triángulo pero mantuvieron las barras laterales, que asumieron sería ‘el final de cualquier teoría de vórtices’.


Ese primer pictograma, en Chilcomb, causó sensación. Los seguidores de Delgado quedaron pasmados. Los de Meaden también. Pero el confundido meteorólogo debió revisar sus teorías porque en ellas no encajaba cualquier cosa que contuviera líneas rectas. En otra ocasión, Dave volvió a tomarse algunas cervezas de más: las líneas salieron zigzagueantes y el círculo quedó sin terminar. Doug se enojó nuevamente con él. No obstante, la formación fue todo un éxito. Para Meaden, "esas irregularidades eran el signo de un sistema de vórtices inestables", y llegó a incluir esa formación en sus tours científicos. "En invierno de 1990 empezaron a cansarse -continúa Schnabel-. Pero, antes de despedirse, lanzaron los ‘insectogramas’. Ya estaban rogando que los cerealólogos se dieran cuenta de que todo era obra de artistas." Los insectos eran ya el colmo del ridículo. Para dar más pistas a los cerealólogos y acentuar aún más el efecto absurdo de toda la historia, añadieron dos semicírculos que formaban las dos "D" (Doug & Dave). Meaden y sus fieles concluyeron, por fin, que los insectogramas se apartaban de los círculos estándar siendo por lo tanto fraguados. El entusiasmo de los discípulos de Delgado, en cambio, siguió intacto. "No podemos decir que sean un fraude porque no se ajustan a nuestro concepto de cómo deberían ser los crop circles", dijo uno de ellos. Hicieran lo que hicieran, concluyeron D&D, los creyentes no se iban a dar por vencidos.

LA CONFESIÓN DE LOS ARTISTAS
Ganados por la fatiga, el 3 de septiembre de 1991 D&D llamaron a la redacción del Daily Mirror y le preguntaron a un editor si le interesaba saber quiénes hacían los círculos. Respondió que no. Así, llamaron al Today y un periodista los recibió en el Wessex Hotel, en Winchester. Para demostrar su talento, hicieron un insectograma en Seven Oax. La historia se publicó el 9 de setiembre de ese año. Dave tuvo que cerrar el negocio y regresar al hotel por el acoso de la prensa. Del anonimato que posibilitó el éxito saltaron a la fama mundial: aparecieron en talk shows de Italia, Alemania, Holanda e Inglaterra. Sin embargo, no fueron profetas en su tierra. "La sociedad inglesa -conjetura Schnabel- no soportó saberse engañada tanto tiempo por dos viejecitos cuya aspiración más alta había sido el éxtasis del arte". Algunos sostienen que las subversivas correrías campestres de D&D terminaron cuando se enteraron que el gobierno inglés iba a financiar a los ufólogos para realizar una investigación. La broma había llegado demasiado lejos. Créase o no, D&D tuvieron un módico gesto de piedad: un día antes de que se publicara la confesión, visitaron a Pat Delgado, quien, con Colin Andrews, era uno de los más entusiastas promotores del misterio, y le anticiparon la noticia. Fue el peor día de su vida, pero Pat pareció aceptar la derrota. No contaron con que Delgado y otros cerealólogos fanáticos los iban a acusar de ‘mentirosos’ o de ‘agentes de la CIA’; entre otras lindezas. De hecho, el periodista del Today enseñó a Delgado la figura y éste, pese a estar avisado, le respondió: "¡Esto es fantástico!". Descartó tan precipitadamente que aquel círculo fuera manufacturado que el desborde lo hundió en el descrédito. La confesión de D&D marcó el principio del fin del trabajo que emprendieron 15 años atrás. Pero, según informa el sitio CircleMarkers.org, al menos dieciséis grupos continúan creando círculos de cosecha a un promedio de 50 por verano.

ESPIRAL SIN FIN
Esta historia tiene otra curiosa vuelta de tuerca. Doug Bower, el hombre que derrumbó las teorías de los cazadores de OVNIs e hizo pasar el papelón de sus vidas a los ‘expertos’, declaró estar convencido de que... ¡la Tierra fue visitada por extraterrestres! "Pienso que ellos me programaron para hacer todo el esto", afirmó al Daily Mail en 1999. "Una cierta fuerza -siguió- se apoderó de mí y es ella la que planea estos diseños..." El periodista que recogió estas declaraciones quedó desorientado. Le costaba mucho diferenciar cuándo Doug le hablaba en serio y cuándo bromeaba. Sólo un experto en humor inglés podría comprender las extravagancias de los autoproclamados artífices del misterio.

Bower también le confió que el héroe de su infancia había sido un bromista y que fue a él a quien quiso imitar cuando se le ocurrió crear los círculos. "Cuando yo iba a la escuela en Upham había un hombre en el pub y que, camino a casa, sacaba los cercos de los jardines y los dejaba en la carretera. Era un bromista práctico. Los círculos fueron mi oportunidad de emularlo. Pero si me preguntas si creo en los OVNIs, debo decir que sí. Yo vi uno, aparte de haber visto a cinco luces estacionarias en el cielo brillando como reflectores. Tiene que haber alguien más en todos esos millones de planetas que vemos en la noche estrellada. Yo pienso que un planeta murió hace millones de años y que recibimos a sus primeros habitantes. Debe haber naves enterradas en la arena", sonríe. Imposible saber si habla en serio. Doug continúa: "Mucha gente hizo dinero con los círculos. Los ‘expertos’, los granjeros que cobraron entrada... Dave y yo sólo quisimos divertirnos. Fue una experiencia maravillosa y no lo hubiera ocultado al mundo y más allá" (3).

LA MÁS EXTRAÑA POESÍA MARCIANA
El vanguardista género artístico creado por los viejos amigos del pub Percy Hobbs impuso un curioso hibrido entre arte pop y fe secular: Bower y Chorley alcanzaron su mayor brillo cuando sus autores eran anónimos y unos cuantos creyeron a sus obras señales de otro mundo. D&D fueron despreciados por los ‘cerealólogos’ (por tragar el anzuelo quedaron en ridículo) y celebrados en partes iguales por los ufófilos y ufólogos: mientras unos se sintieron engañados, otros los creyeron agentes de una campaña de descrédito. Entre estos últimos también hubo quienes se rindieron ante su ingenio. Pero aún entre ellos reina cierta desconfianza: que la moda circular se exportara a otros países y el argumento según el cual "era demasiado trabajo para dos jubilados" (desconociendo que fueron más prolíficos siendo más jóvenes y la acción simultánea de notables imitadores), consolidó la idea de que D&D "no podían ser autores de todos los círculos y que -por tanto- quedaría un residuo sin explicar". El mismo margen de ambiguedad donde descansa la incredulidad de los ufólogos dejó entreabierto el misterio, permitiendo que éste trascendiera fronteras e ingresara a la inmortalidad con la bendición de Hollywood.

"Doug Bower es el mayor artista del siglo XX", dijo John Lundberg, diseñador gráfico y creador del web site Circle Makers. "Su trabajo -continuó- tiene el potencial propio de toda nueva forma de arte, ya que fuerza los límites, abriendo puertas nuevas y trabajando fuera de los medios establecidos" (4).

La verdad sea dicha: si un marciano hubiera sido capaz de reproducir la proeza de D&D, lo más probable es que hubieran terminado con la columna vertebral, huesos u osamenta equivalente hechos trizas. Y, al desconocer la naturaleza humana, ni siquiera hubieran tenido la recompensa de disfrutar de los irónicos efectos ni de la carga poética que estas extravagantes obras impregnaron la vida de los ancianos.

Para Doug Bower y Dave Chorley, aquellas noches fueron mágicas. "Eran diversión pura -recordó nostálgico Doug-. "En esas hermosas noches de verano, dos artistas bajo las estrellas en medio de todos esos campos... Nos sentíamos en el siglo XIX. Estábamos en otro mundo." Cuando Dave yacía moribundo víctima de cáncer, en 1997, le hizo prometer a Doug que nunca dejara de insistir en que ellos tuvieron la idea de lo que acabó siendo la broma más extraña del mundo. Con sus obras lograron que millones de personas se convencieran de que los marcianos habían aterrizado. Y, cuando comenzaron, ignoraban que es más fácil decir lo que la gente desea creer que desdecirse o -más arduo aún- predicar lo contrario. Doug y Dave habían creado "pruebas" (los círculos de cereal) mucho más persuasivas que cualquier "contraprueba" ("vean cómo los hacemos"). Los verdaderos creyentes saben defender la falacia según la cual un "falso círculo" no invalida la posibilidad de que "algunos" puedan ser reales... aunque luego no sepan explicar en qué se diferencia un "círculo real" de otro que no lo es.

"Los únicos alienígenas fuimos nosotros", repitió Doug a comienzos de 1999 en un informe sobre los ‘crop circles’ emitido por la BBC1 TV. Pero su afirmación ya era un hilo de voz perdido en la multitud.

[Gran parte de la información contenida en este trabajo proviene de la exquisita obra de Jim Schnabel, "Round in circles" (Penguin Books, 1993)]

Referencias:

1) Schnabel, Jim; "Round in circles". Penguin Books, 1993
2) Gámez, Luis Alfonso. "Círculos de Misterio". En http://www.arp-sapc.org/articulos/circulos/index.html
3) Daily Mail, Inglaterra. Viernes 8 de enero de 1999. [Traducción: Heriberto Janosch]
4) Mayell Hillary; "Crop Circles: Artworks or Alien Signs?", en National Geographic News, 2 de agosto de 2002.

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[Por Heriberto Janosch y Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]
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