Wells, Herbert George (1866-1946)
Escritor. Inglaterra

Más recordado por sus obras de ciencia ficción, H.G. Wells fue un intelectual comprometido con erradicar los vestigios de la moral victoriana, un signo distintivo de la vida social de su tiempo. Sus ideas más sorprendentes aparecen en sus relatos cortos. Pero en sus novelas Wells trazó el rumbo futuro de la moderna ciencia ficción. No en vano, fue calificado por su colega Brian Aldiss como “el Shakespeare” del género. También fue elogiado por sus presagios técnicos: vaticinó la guerra con tanques de combate (“The Land Ironclads”, 1903), el bombardeo aéreo de ciudades (“The War in the Air”, 1908) y la bomba atómica (“The World Set Free”, 1914).
Hijo de Joseph y Sara, dueños de un bazar, Herbert nació en Bromley, Kent, una pequeña población cercana de Londres. Tercer hijo varón, el nacimiento de Herbert el

21 de septiembre de 1866 supuso un gran esfuerzo para sus padres, que estaban lejos de poseer una holgada posición económica. Wells guarda de su escuela primaria un recuerdo ingrato: su primer maestro, un ex conserje autoritario y mal preparado, seguía la máxima según la cual “la letra con sangre entra”. Luego trabajó como aprendiz, contador y periodista hasta 1895, cuando comenzó su carrera de escritor profesional. Si bien el propio Wells atribuye su afición a la lectura a la influencia de su padre, sus biógrafos coinciden en que el papel de su madre fue central en su carrera. A los ocho años se fracturó una pierna y, a causa de una mala práxis, sufrió una “afortunada” convalecencia, que determinaron su entrega a la lectura: Dickens y Washington Irving fueron sus novelistas favoritos. Luego comenzó a manejar la caja de un almacén. Pero Herbert solía tener su atención en otra parte y fue despedido. Así, un pariente que es director de una escuela le dio empleo, dedicándose a su afición favorita: los libros.

LIBROS, TELESCOPIO Y... HUXLEY
Pero la escuela cerró y debió volver a trabajar a un almacén. Esa vida no era para él: decidió dejar el empleo y reencontrarse con su madre, quien por entonces era criada en una mansión. Allí tuvo acceso a la biblioteca de los dueños de casa y descubrió la obra de Herbert Spencer. También se encontró con Platón, Voltaire y algún ensayo socialista. Todas estas lecturas le causarían una profunda huella. También descubrió un telescopio abandonado que logró reconstruir. Este artefacto, mediante el cual logró contemplar la Vía Láctea, se convertiría en una experiencia juvenil que le serviría de telón de fondo para sus posteriores ensoñaciones literarias. Por entonces reinició sus estudios en una escuela nocturna y se interesó por las ciencias, convirtiéndose en un temprano admirador de Charles Darwin. Gracias a una beca cursó sus estudios superiores en la Escuela Normal de Ciencias de Londres y se trasladó a Londres, entre cuyos maestros tiene al fisiólogo T. H. Huxley -abuelo del futuro novelista Aldous Huxley. Allí contrajo matrimonio con Isabel, una parienta lejana de quien se separa al tiempo. Por esos días comenzó a escribir en una revista científica y a ejercer como profesor auxiliar en una escuela. Se casó con una antigua alumna, Amy Catherine Rollins y se le declaró una tuberculosis, abandonando la enseñanza y dedicándose a tiemplo pleno a la escritura.

LA GLORIA ANTES DE LOS TREINTA
Su interés por los temas futuristas surgió en 1893, cuando comenzó a escribir “Los eternos argonautas” y “El hombre del año un millón”, sendos cuentos fantásticos que publicó en la revista National Observer en varias entregas. Esta publicación cierra sus puertas y su editor funda la New Review, encargándole a Wells a cambio de una suma nada despreciable una novela sobre un viaje al futuro basada en aquellos primeros escritos. En apenas 15 días rehizo aquel material y entregó “La máquina del tiempo” (que primero aparece como serie y más tarde como libro), obra donde especuló sobre una cuarta dimensión que permitiría viajar a través del tiempo. Trasladó al protagonista al año 802.701, donde un mundo repartido entre los Eloi y los Morlocks le sirvió de excusa para describir la situación social de su propia época e imaginar cómo podría evolucionar la humanidad.
El éxito fue fulminante y Wells -convertido en el escritor más famoso y solicitado de la época- abandonó el periodismo. Ese año, publicó “La visita maravillosa” y, en los años subsiguientes, saldrían a luz tres novelas que acrecentaron su prestigio: “La isla del doctor Moreau” (1897), donde el eje son los peligros de la manipulación de la biotecnología, “El hombre invisible” (1897) y “La guerra de los mundos” (1898).
Tan sólo tenía 29 años y ya había alcanzado una posición inmejorable. El desahogo económico le permitió mudarse a una residencia propia, La Casa de las Espadas, donde nacieron sus dos hijos varones.

SUS UTOPÍAS POLÍTICAS
En 1883, un grupo de intelectuales crea en Londres la Sociedad Fabiana -un club que predicaba un socialismo moderado-, cuyos directivos lo convencen para que se una a ellos. Allí se encuentra con el autor teatral y de los futuros Premio Nobel Bernard Shaw y Bertrand Russell. Wells volcó sus energías a este proyecto, organizando actividades y redactando manifiestos.
El socialismo, para Wells, pasaba por erradicar la pobreza e incrementar la cultura: la educación era así la principal herramienta para el progreso y lograr la transformación del mundo. Por su carácter individualista se enfrentó con las normas sociales más bien espartanas del club fabianista y acabó alejándose. Pero, a pesar de su creciente fortuna y éxito social, siempre estuvo del lado de los pobres, marginados y perseguidos. Utilizó su influencia literaria para apoyar el movimiento sufragista, luchó contra la moral burguesa y participó activamente en las campañas laboristas. Luego publicaría varias novelas donde expresaría su filosofía utópica como “Kipps” (1905) y “La historia de Mr Polly” (1910), donde ironiza sobre el fracaso de las aspiraciones sociales, “Ann Verónica” (1909), donde defiende los derechos de la mujer y “Tono-Bungay” (1909), un ataque al capitalismo salvaje. Aunque algunos consideran que esta fue una “etapa menor” de su producción literaria, más tarde recuperaría el reconocimiento que conoció con sus primeras novelas con sendos volúmenes de un ensayo que tituló “El esquema de la Historia (1920).

DESTINO: EL CELULOIDE
Aunque con resultados desparejos, su obra inspiró a muchos cineastas. En 1932 asistió al estreno de “La isla de las almas perdidas”, un film basado en “La isla del doctor Moreau”. Esa versión disgustó a Wells. Aún así, aceptó el rodaje de “El hombre invisible” (James Whale, 1933), quedando satisfecho con la fidelidad y la interpretación de Claude Rains. Poco después se estrenaría otro filme, esta vez inspirado en su novela “The Shape of Things of Come” (1933), que se tituló “La vida futura” (1936). Entre los logros de aquella novela se destaca su predicción de la Segunda Guerra Mundial.
Notable conferencista, desde la Primera Guerra Mundial insistió sobre la necesidad de crear una conciencia común entre todos los habitantes del mundo e instrumentar una organización, la Sociedad de Naciones (acaso el primer antecedente literario de la Organización de las Nacionaes Unidas), que gobernase el estado Tierra. Pero la Segunda Guerra supuso el fracaso de sus esperanzas. En “El destino del Homo-Sapiens” (1945), su última obra, reflejó su preocupación por la supervivencia de la raza humana. Durante sus últimos años, sus achaques físicos lo mantuvieron confinado a su mansión de Easton Glebe, donde se consagró a revisar sus obras completas.
El 13 de agosto del año 1946 se despidió de sus amigos y, desde su lecho, los miró con ternura y les dijo: “Sigan ustedes, yo ya lo tengo todo”.

Bibliografía:
Ackerman, Forrest J.; “Ciencia ficción”, Ed. Evergreens, Barcelona, 1998).
Bértolo Cadenas, Constantino; “Estudio sobre la obra de Herbert G. Wells”. Ed. Grupo Anaya,S.A.,1982. En http://mural.uv.es/jorgon/index2.htm
Súñer Iglesias, Francisco José; “Biografía de H. G. Wells”, 13 de Abril de 2000, en http://www.ciencia-ficcion.com.

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[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]
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