[ARCHIVO]

SEGÚN LA OPINIÓN DE UN EXPERTO PUEDE SER UN FRAUDE PSICOPATOLOGICO
El caso de las “casas embrujadas” no sólo es un clásico de los cuentos y películas de terror. Es, sobre todo, una creencia (algunos la llaman superstición) que atraviesa la historia. Para saber hasta qué punto es posible que un “espíritu maligno” se apodere de una casa haciendo que “vuelen” los objetos o produciendo ruidos extraños, Clarín consultó al experto Enrique Márquez, director del CAIRP (Centro Argentino para la
Investigación y Refutación de la Pseudociencia), institución que edita la revista especializada “El ojo escéptico”.Para Márquez, antes de hablar de “casas embrujadas” hay que establecer si no se trata de un “fraude psicopatológico”. Es decir, de un fenómeno producido por uno de los miembros de la familia aparentemente afectada. “Es común -señaló Márquez- que el miembro más joven de la familia, para obtener la atención de sus padres ante lo que él considera falta de afecto, simule uno de estos fenómenos, que son de inmediato atribuidos a un espíritu, fantasma o el mismo diablo”. Si el fenómeno ocurre en un pueblo que ya tiene una tradición de leyendas y supuestas apariciones, como la “luz mala” o el célebre “Pombero” (un diablo que viola a las mujeres a la hora de la siesta) se produce lo que Márquez llama “el fenómeno bola de nieve”.
“Todos -explica el experto- se convierten en supuestos testigos. Todos aseguran haber visto y oído algo, incluso, un mismo relato comienza a sufrir modificaciones y a agrandarse según va pasando de boca en boca”. Los rumores y la tensión social llegan a un grado tal que sucede lo inevitable: interviene el párroco del lugar. Por lo general, un sacerdote bien intencionado pero que no es un exorcista ni está preparado para detectar un posible fraude.

LO PEOR QUE PUEDE PASAR
A juicio de Márquez, “en el caso de tratarse de un fraude esto es lo peor que puede pasar. La intervención del párroco, ahuyentando al supuesto espíritu maligno, confirma a la gente su existencia”. Claro que esto no pasó en el caso de Madariaga y el cura del pueblo sólo les entregó unos rosarios y agua bendita a los habitantes de la casa. “Para muchos, aunque después se demuestre que fue una superchería, el fantasma continúa siendo real”, agrega Márquez. A través de los años, la experiencia le demostró a Márquez que estos presuntos fenómenos sobrenaturales “son, por lo general, elusivos. Es decir, cuando los expertos llegan ya no están para poder fotografiarlos o filmarlos. La explicación de quienes sostienen su existencia es siempre la misma: los espíritus se fueron porque los ahuyentó la mala onda del experto, siempre escéptico, que acaba de llegar para estudiarlo”. Para los expertos, por lo tanto, solo la confirmación hecha por sí mismos es prueba irrefutable de la realidad de un fenómeno sobrenatural o paranormal. Para ellos, los testimonios “nunca son confiables. Porque -asegura Márquez- se necesita un entrenamiento especial para detectar los fraudes. Hay que realizar determinados controles. Nmo sólo un policía puede ser engañado. También un camarógrafo o un fotógrafo pueden ser engañados” (Clarín, 23 de abril de 1993).

 

<< HOME

 

Dios.com.ar-Todos los derechos reservados. ©2002-Alejandro Agostinelli.