"EE. UU = MC2" (cortesía del artista Carlos Leiro)

 

[CIBERLEYENDAS]

SI TE LLEGÓ EN CADENA,
CASI SEGURO ES FALSO
Por Nahuel Sugobono
Van de aquí para allá desde hace siglos y se cuentan de noche, en un camping o cuando declina una fiesta. Quienes las transmiten juran que son verídicas y el misterioso hecho siempre le ocurrió a una persona muy cercana. Desde hace algunos años, el fenómeno se trasladó a Internet, donde adquirió formas nuevas e inesperadas.


Febrero de 1999. Dos señoras mayores decidieron ir de vacaciones a Miami. Antes de salir, fueron instruídas por sus familiares sobre los cuidados que debían tomar allí: no hablar con extraños, no separarse nunca, no salir después de las seis de la tarde. Las señoras llegaron a Florida, se hospedaron en un hotel de lujo, como corresponde, y se estaban divirtiendo. Un día medio lluvioso optaron por salir de compras, en vez de ir a la playa. Tomaron el ascensor -vacío- cuando, antes de que terminaran de cerrarse las puertas, irrumpió una manaza negra. Un moreno de unos dos metros de alto, absolutamente calvo y con un gigantesco doberman entró en el ascensor. Las mujeres se quedaron mudas. De pronto, con voz tajante, el señor dijo: ‘Sit!’, y acto seguido las dos señoras se sentaron en el suelo. El negro las miró un momento, sorprendido, mientras el perro se sentaba obedientemente. Disimulando una sonrisa, el hombre salió del ascensor, hacia la calle, dejando a las mujeres muertas de vergüenza. Unos días más tarde, llegó el momento de volver a Buenos Aires. Las señoras se acercaron al conserje para saldar su cuenta, pero el señor las sorprendió informándoles que su estadía estaba paga. "El señor Michael Jordan dice que nunca se había reído tanto en su vida", concluyó. Probablemente, algún lector conozca esta increíble historia, probablemente le haya pasado a la tía de un amigo, o a la madre de un compañero de trabajo. Lo que tal vez sorprenda más que la historia misma, es que en los años 70, cuando Jordan todavía no caminaba en el aire (ni en el suelo), el protagonista de esta anécdota era Reggie Jackson, uno de los mejores jugadores de béisbol de la historia.

Sí, es una historia ficticia, demasiado buena para ser verdad. Ni más ni menos que una leyenda urbana. El origen de estas leyendas puede rastrearse hasta la Edad Media (y más atrás también), pero su forma moderna apareció hace unos 40 años. Son rumores, noticias policiales, fantasmales, extravagantes, ocasionalmente humorísticas, que circulan oralmente, como cualquier leyenda y, como éstas, se cuentan como verdaderas. Seguramente oyó hablar, por ejemplo, de la historia de la chica misteriosa que conoce a un joven, quien más tarde se entera de que la dama en cuestión falleció años atrás. El muchacho logra exhumar el cuerpo y, para su sorpresa, encuentra junto al cuerpo alguna prenda que él le había prestado en el momento de conocerla. O la persona a la que le dan un somnífero y luego se despierta en una bañadera llena de hielo, con un papelito en el que se le recomienda llamar al 911 (emergencias). Los médicos descubren que en su espalda, por encima de la cadera, tiene dos cicatrices por donde se le han extraído los riñones. Otras veces los protagonistas son personajes famosos: todos conocemos la historia de Walt Disney, eternamente congelado mientras espera que se conozca una cura para el cáncer. O la menos difundida de Elvis Presley, quien supuestamente dijo en alguna ocasión: "lo mejor que puede hacer un negro es comprar mis discos y lustrarme los zapatos". Las historias son literalmente interminables, crecen día a día y se transforman con el paso del tiempo.

EL CORREO ES PURO CUENTO
Una de las metamorfosis más interesantes de las leyendas urbanas ocurrió con la llegada de Internet. ¿Quién no recibió alguna vez un mail con la noticia de un chico al que le quedaba poco tiempo de vida, a causa de un cáncer? Para satisfacer su último deseo se nos pedía que pasáramos el mensaje a todos nuestros conocidos. A veces, el pedido tiene una función más pragmática (aunque no por eso menos falsa): por cada mail enviado, alguna "Asociación Para la Lucha Contra el Cáncer" donaría algunos centavos con el fin de solventar la operación necesaria para salvarle la vida a la criatura. Este mensaje tiene tres características típicas de las leyendas urbanas: tiene un componente algo macabro (lo que está en juego es una situación límite), la noticia debe ser difundida a cuantas personas se pueda, y se dan datos específicos -algún nombre, organismo o dirección- para darle más verosimilitud al asunto. Y, como en cualquier leyenda, existe alguna parte de verdad. Lo cierto es que sí existió un chico enfermo de cáncer, llamado Craig Shergold, quien, a fines de 1989, quiso entrar en el Libro Guinness como la persona que más cantidad de tarjetas virtuales haya recibido. Lo logró, su nombre apareció en el libro de los records y, lo que es mejor, hoy es una persona saludable. Pero las variantes de enviar "a todos tus conocidos" y la donación de dinero por algún organismo de salud son un invento.

EL PODER DE LA LEYENDA
Este tipo de mensajes, llamados "cadenas", eran conocidos mucho antes de la aparición de las PC: esas cartas que llegaban al buzón, supuestamente habían dado la vuelta al mundo tres veces y pedían que se hicieran 10 copias para tener buena fortuna. Y si no se hacían las copias, por el contrario, ocurriría alguna desgracia. El e-mail se convirtió en una herramienta ideal para este tipo de mensajes. Pero algunos incluyen alteraciones de interés. Se dice que Bill Gates (o Microsoft, como se prefiera) se encuentra testeando un programa de rastreo de e-mail, y que dará 1.000 dólares a los primeras mil personas que transmitan el mensaje. El mail tiene variaciones, pero la conclusión es siempre la misma: falso, es imposible rastrear los mails ‘forwardeados’. Una página que analiza esta clase de cadenas advierte ingeniosamente: "Bill Gates no da dinero, él hace dinero".

A este tipo de leyenda urbana, específico de Internet, se lo conoce como hoax, que puede traducirse como "fraude", o "engaño". Además de las variantes anteriores, otro tipo de mitos virtuales es el que alerta sobre virus informáticos. Aprovechándose del aura de misterio que rodea a este tema, algunos traviesos internautas envían avisos sobre nuevos virus que no existen, con el falso respaldo de agencias de noticias como la CNN, IBM, el gobierno estadounidense y ejemplos de organismos como la NASA o el Pentágono, que habrían perdido buena parte de sus archivos debido al virus en cuestión. En realidad, aunque estos mails no tienen fundamento, no dejan de ser peligrosos, ya que los virus informáticos son una amenaza real. En www.netsquirrel.com/combatkit se dan algunas claves para detectar estos "hoaxes", que, por lo general, son capaces de hacer cosas imposibles, como hacer desaparecer datos tan sólo llegando a la casilla de correo, o dañar físicamente el disco duro. En esa página se da un consejo sencillo e interesante: si el mensaje tiene más de una página de direcciones de e-mail, lo más probable es que se trate de una cadena.

¿QUIÉN TIRA DE LA CADENA?
Llegados a este punto, la pregunta que viene a la mente es: ¿por qué? ¿Se trata de un grupo de excéntricos que se divierte creando estas ficciones? La respuesta es: sí. Pero no es toda la verdad. Muchas leyendas urbanas tienen como objetivo algún tipo de prevención educativo-moral (no ser curioso, no hablar con extraños...). En el caso de las cadenas por correo electrónico, la intención es menos altruísta: los ‘hoaxes’ son una manera simple y efectiva de recolectar direcciones de e-mail, que posteriormente se utilizan como base de datos para enviar otro tipo de mensajes, por lo general propaganda comercial (dicho sea de paso, enviar publicidad no solicitada por correo es ilegal).

A medida que pasa el tiempo, las cadenas se ‘profesionalizan’. Así, es común encontrar la advertencia: "esto no es una cadena, es real, pasále este mensaje a todos tus conocidos...". Mayor contrasentido, imposible. Pero el mundo (y más aún el mundo de Internet) cambia continuamente, y no sería de extrañar que, próximamente, Bill Gates se aproveche de la popularidad de las cadenas y anuncie que efectivamente le dará algunos dólares a las personas que se decidan a utilizar su sistema operativo (por si queda alguien que todavía no lo use).

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