Shyamalan, Manoj Night
Director, Productor, Guionista. India/EE.UU.

Nació en la India en 1970 y siendo niño se estableció con su familia en Penn Valley, en los suburbios de Filadelfia, Estados Unidos. Siguió la carrera de sus padres –él cardiólogo, ella obstetra-, pero pronto desertó de la Medicina para entregarse de lleno al cine. El héroe de su juventud era Steven Spielberg. En setiembre de 2002, una portada de Newsweek colmó sus sueños cuando la revista publicó su foto bajo la leyenda:

"El nuevo Spielberg". El trepidante éxito de su thriller psicológico "Sexto Sentido" catapultó a este realizador a la estratósfera, convirtiéndolo, a la edad de 29 años, en el más joven talento de Hollywood. Hubo que esperar dos años para que volviera a la carga con Señales (2002), su quinta película. Las primeras ya habían reflejado su interés por temas espirituales ("Praying with Anger" [1992], "Wide Awake" [1998]). Las que le siguieron también, pero esas preocupaciones están matizadas por su interés en el terror paranormal ("Sexto Sentido", 1999), en la historieta de fantasía ("El Protegido", 2000) o en la ciencia ficción que cruza thriller psicológico, suspenso y manifiesto científico-religioso símil Clase B ("Señales").

"Sexto Sentido" acumuló más de 680 millones de dólares, convirtiendo a su film en uno de los diez más taquilleros de todos los tiempos, mientras sigue batiendo récords en videoclubes de todo el mundo. La película recibió seis nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo uno como Mejor Película, y dos para él mismo como Mejor Director y Mejor Guión Original. Además, Shyamalan recibió otros tres Premios del People’s Choice como Película Favorita, Película Dramática Favorita y como Mejor Actor para Bruce Willis, estrella del film. En 2001, el cineasta volvió a convocar a Willis para "El Protegido". Esta realización, si bien no alcanzó las trémulas cotas de suspenso de su producción anterior, prometía altas dosis de aventura y ficción. Y, en este sentido, aunque no fuera el sexto, tanto director como espectadores salieron hechos...

EL NENE NO QUIERE SER DOCTOR...
Shyamalan comenzó a filmar con la cámara 8 milímetros de su padre cuando tenía 8 años en el barrio donde siempre vivió y es su locación preferida para la mayoría de sus films, Filadelfia. A los 16, ya había realizado 45 cortometrajes. Años después, enfrentó a sus padres, rodeados de las fotografías de los otros doce doctores en la familia, y les notificó que -aunque había recibido becas académicas en prestigiosos programas médicos-, ya se había inscripto en la Escuela de Artes de la Universidad Tisch, Nueva York, para rendirse a su pasión y poder hacer lo que más le gustaba: cine.

Durante su último año en la NYU, escribió el guión de "Praying With Anger" sobre un intercambio estudiantil de un joven norteamericano que vuelve a la India y se encuentra como un extraño en su propia tierra. En 1992, Shyamalan reunió los fondos necesarios y filmó en la India su primera película de bajo presupuesto, que lo tuvo como guionista, director, productor y protagonista. El film fue seleccionado por la prestigiosa "First look Series" de la "New York Foundation of the Arts" y, tras su estreno, en julio de 1993, fue nominada como la Película Debut del Año por el "American Film Institute" de Los Angeles. Al año siguiente, Shyamalan escribió otro guión espiritual, "Labor of Love", que vendió a 20th Century Fox. Su segunda película comercial, "Wide Awake" fue filmada completamente en Philadelphia. El contenido del film era puramente religioso: es la historia de la estrecha relación entre un niño que asiste a una escuela católica y su abuelo. Pero, he aquí el detalle, el niño era un buscador. Pero no estaba a la búsqueda de cualquier cosa: buscaba a Dios.

A Shyamalan, en los años subsiguientes, no le fue nadamal: pronto logró formar su propia productora, Blinding Edge Pictures, en el mismo suburbio de Filadelfia, donde vive con su esposa y sus dos hijas.

ESPERANDO LA SEÑAL... DE AJUSTE
"Sexto Sentido" no sólo fascinó a espiritistas y aficionados a la cultura de la Tabla Ouija. Toda clase de público alucinó. Su final -paradójico, impensado- le prodigó un intenso plus de publicidad boca a boca que mantuvo al film al tope de la taquilla. "El Protegido", por su parte, enamoró a los amantes del cómic y del género bizarro con un superhéroe próximo y verosímil, aún en su rara irrealidad. La crítica de "Señales", en cambio, no fue unánime. Al fandom de la ficción científica les fastidió su previsibilidad. El espectador común también se quejó, abrumado por sus lugares comunes y un final opaco, sin sorpresas. Si, en fin, tarotistas, médiums y afines habían celebrado "Sexto Sentido", contactados, ufólogos y lectores de Carl Sagan les molestó ver aquí un uso tan poco imaginativo de los ‘crop circles', un poderoso símbolo místico contemporáneo que es objeto de culto tanto para los newagers (que los consideran un regalo divino) como para los escépticos (que los ven como la mayor broma artística del siglo XX). Shyamalan, en cambio, apenas vio en los círculos anclas cósmicas de marcianos al ataque. Y el buscador de OVNIs se encontró con unos héroes más bien modestos "abajo", en la Tierra, y no "arriba": imperdonable para quienes esperan ver reflejadas en el cielo las huellas de la última esperanza. Para quienes aspiran a disfrutar de una buena historia, en cambio, los "signos" de la película no alentaron transgresión alguna. ¿Tanto suspense para acabar con los huesos en la Iglesia, como los sobrevivientes de "La Guerra de los Mundos"? En la película, Graham Hess, el ex sacerdote interpretado por Gibson, presenció la espantosa muerte de su esposa, fatalidad que le hizo perder su fe en Dios. Para algunos críticos como Michael Shermer "Señales no explica la conexión entre los extraterrestres y la religión". Pero, en todo momento, la película predica aquel valor new age según el cual volverse conscientes de las coincidencias -como en "La Novena Revelación"- juega a favor del creyente. Ese haz de consciencia -acaso una metáfora del efecto que Susan Blackmore llama "ilusión de control"- es el punto de encaje donde lo sobrenatural pone a prueba a la realidad (entre ellas, a las reacciones humanas). Ahí estaría Dios, y no en los extraterrestres, que sólo serían una excusa del director. Estos laberintos no eximen las fallas del film. El retorno de "la oveja descarriada" a la fe acabó siendo un desenlace lastimosamente condescendiente con el destino que anuncia a los gritos en toda la película. Tal vez, estas "señales" de Shyamalan fueron "señales de ajuste". Es temprano, es joven: aún tiene tiempo para sintonizar. ["Contacto", la película basada en la novela de Carl Sagan, sigue siendo, al menos a juicio de este que escribe, una de las mejores historias donde se entrechocan los caminos de la ciencia y de la fe religiosa.]

POLEMICO, PROLIJO Y ¿ARGENTINO?
Por su juventud, por las temáticas que eligió para sus primeros pinitos y por su manejo de los climas, a Shyamalan se lo midió con genios precoces como Spielberg y Orson Wells. Si para algunos estas comparaciones son prematuras, cuando se lo compara con Alfred Hitchcock pueden ser definitivamente odiosas: para ser Hitchcock no basta rodar suspenso o hacer "bolos" en sus propias películas. No obstante lo cual, Shyamalan no alienta estos paralelismos: "‘Los pájaros’ me marcó a fuego -declaró-. Me inspiro en cosas de Hitchcock porque es uno de los más grandes directores del género y también admiro a Spielberg. Pero no me gusta compararme con ellos. Sería mucho pedir" (1).

El crítico argentino Hernán Ferreirós (2) llegó aún más lejos que a los que les enojan esas comparaciones. No sólo calificó "Señales" como un "bodrio" y una "chantada" (*): arriesgó una curiosa tesis sobre la nacionalidad de su director, que no sería india ni norteamericana. "M. Night Shyamalan -escribió Ferreirós- es argentino. No hay a la vista mejor explicación para el hecho de que sus películas acumulen tal cantidad de rasgos nacionales: todas cumplen con la ley del menor esfuerzo, con el sagrado proceso de maximización de ideas mínimas, con el rito del reciclaje sin fin, con la santificada corriente albiceleste de sumarse a cuanta idea probada y exitosa circule hasta dar con el filón. Algunos ponen parripollos, otros ofrecen internet gratis, M. Night, el Negro Shyamalan, hace películas de miedo con final inesperado."

Bueno, tampoco seamos tan duros con "el director del momento". ¿Cuál es el mérito que (casi) todos le reconocen? Su preciso control de lo lúgubre en rostros, diálogos, iluminación y tiempos (aunque, por momentos, se parodia a sí mismo). Lo cierto es que Shyamalan subió a escena y -a menos que vuelva a trastabillar como en "Señales", que merecía un guión menos insustancial-, habrá que tener en cuenta a los sueños que sus historias activen en el imaginario colectivo. En cuanto a las pesadillas que ellas susciten, si nos sorprenden en la vigilia con una bolsa de pochoclo en la mano, ojalá nos hagan saltar de la butaca más por el carácter atroz de sus tramas que por la calidad del cine que el director ofrezca.

Referencias:

1) Lauría, Carlos. "El Terror que Cayó del Cielo", en "Noticias" N° 1338, 17 de agosto de 2002. Pp. 40-42.

2) Ferreirós, Hernán: "El Negro no puede", en "Página 12", suplemento Radar, sección "El Catador Catado", Buenos Aires, 18 de agosto 2002

(*) "Chantada" (argentinismo): Impostura pedante. Es "chanta" el charlatán simpático, que se pretende más de lo que es o que se jacta por medio de la simulación o el engaño.

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Sitio oficial de "Señales" en español: http:// www.uolsinectis.com/senales

 

[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]
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