Klarer, Elizabeth (1910-1994)
Contactada. Sudáfrica

Nació en 1910 en el condado rural de Río Mooir, en la provincia de Natal. Se traladó siendo muy joven a una granja en Rosetta, cerca de las montañas Drakensberg, Sudáfica. A los siete años, Elizabeth y su hermano aseguraron haber visto cómo “un enorme disco plateado” cruzaba el cielo. Ese fue su primer contacto. Continuó sus estudios en Cambridge, Inglaterra, donde estudió meteorología y, más tarde, música en el Colegio Trinity, donde se recibió de profesora de piano. Luego se casó y tuvo el primero de tres hijos. En 1930, de visita en Sudáfrica, otra vez con su hermano, un piloto de pruebas, volvió a ver un OVNI. Su hermano informó a la Fuerza Aérea en Pretoria donde fueron entrevistados por oficiales. Más tarde, Klarer dijo que durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como investigadora OVNI para el gobierno sudafricano (1).


CONTACTO CON VENUS
Tras sufrir la pérdida de su hermano, muerto en circunstancias violentas, Elizabeth regresó a la granja familiar en Rosetta. Allí, el 7 de abril de 1956, mientras se hallaba en plena meditación, tuvo otro encuentro cercano: un objeto aterrizó sobre una colina próxima y de éste descendió un joven rubio, de contextura humana, que se dirigió a ella y le mostró sus manos, interpretando que aquel gesto era una señal de paz. “Yo imité su gesto y lo seguí hasta el interior del platillo, sin sentir ningún temor... Luego uno de ellos, en perfecto inglés, afirmó que era originario del planeta Venus”, según escribió (2). Klarer dice que en la nave había dos tripulantes, quienes la invitaron a dar un paseo. Así se enteró que los venusinos eran vegetarianos y que allí abundaban el agua. Tres meses después, la nave regresó y le pudo tomar siete fotografías. Al tiempo, la experiencia se volvería más compleja. Porque, aparte de los venusinos, Elizabeth se contactó con Akon, un ser que se presentó como un comandante científico nacido en Meton, un planeta del sistema de la estrella Alfa Centauro...

LA MÁS EXTRAÑA HISTORIA DE AMOR....
Pero el extraterrestre Akon la llevaría aún más lejos que los venusinos: no solo invitaría a Elizabeth a subir a su platillo para transportarla hasta su “nave madre” sino que le ofrecería mostrarle su planeta natal. Pero eso no fue todo lo que le mostró: apenas llegaron, Akon le confió cuál era el objetivo final del aquel paseo intergaláctico: “Sólo unas pocas mujeres de más allá de este sistema solar son escogidas con el propósito reproductivos para infundir sangre nueva en nuestra antigua raza”. Tras esta “sensual” declaración de pasión cósmica, Elizabeth se entregó al más extraño idilio que hasta entonces nadie había contado: “Me rendí en éxtasis a la magia de su forma de hacer el amor”, escribiría más tarde. De su “magnética unión” con Akon nació “un hijo perfecto y muy inteligente”, al que llamaron Ayling. Klarer describió a Meton como un planeta edénico y la sociedad, una utopía que bien podría haber escapado de la imaginación de Tomás Moro. Por desgracia, Elizabeth no pudo permanecer en aquel paraíso. “Las vibraciones del campo magnético de Meton eran diferentes a las de la Tierra”, explicó. De modo que, para ponerse a salvo, Akon la envió de regreso a la Tierra. Su pareja metonita y Ayling, el hijo de ambos, siguieron en contacto con Elizabeth por vía telepática y a través de imágenes holográficas. Esos encuentros -dice Klarer- se prolongaron hasta 1963. Luego, Elizabeth denunció haber recibido amenazas de los servicios de inteligencia rusos y norteamericanos, quienes pretendían apoderarse del niño. Ya no volvería a hablar de ellos. Elizabeth escribió en 1977 una primera obra relatando sus experiencias, "Beyond the Light Barrier" [Más allá de la Barrera de la Luz], y un segundo libro titulado "The Gravity Files" [Los Archivos de la Gravedad]. Sus libros fueron conocidos en Europa, aunque no así en el resto del mundo. Elizabeth Klarer murió de cáncer en febrero de 1994. Según el periodista especializado Loy Lawhon, una productora está filmando una película basada en “Beyond the Light Barrier” (1).

ESPEJO DE OTROS TIEMPOS
Aquí no nos interesa discutir la credibilidad de su historia (Klarer jamás presentó evidencia alguna para respaldar sus afirmaciones (del mismo modo que no lo hacen los sacerdotes cuando aseguran que la sangre de Cristo está representada en el vino de un Caliz). Sin embargo, es pertinente apuntar el argumento de los escépticos ante estos “arrebatos de pasión alienígena”. Luis Alfonso Gámez -amén de enfatizar la ausencia de pruebas (“ni siquiera [aportó] un preservativo marciano”)- acusó irónicamente a los alienígenas de ser “tan primitivos e irresponsables como para arriesgarse a contraer o propagar una enfermedad por no recurrir a la fecundación in vitro para sus experimentos genéticos”. Gámez recordó otros casos similares, como el romance entre Howard Menger y la alienígena Marla, y la desventura sexual de la joven norteamericana Shane Kurz, quien a los 26 años denunció haber sido violada por un ET el 2 de mayo de 1968 en Westmoreland, en el estado de Nueva York. En su artículo puntualizó que las historias sobre encuentros íntimos entre alienígenas y terrestres pocas veces consentidos por los humanos “son un reflejo de la liberación sexual de los años sesenta” y deja abierta la pregunta acerca de por qué algunos ufólogos, como el difunto Antonio Ribera, creyeron en aventuras sexuales como las de Kurz (“ofrece todos los visos de ser cierta”, aseguró Ribera en su libro "El Gran Enigma de los Platillos Volantes") pero... “duda de la autenticidad del vis-à-vis de Klarer, una sudafricana que asegura haber tenido un hijo del tripulante de una platillo volante” (3). En general, muchos ufólogos vacilan respecto de lo que debe ser creído, más cuando no existe otra prueba que... la fe.

[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]

BIBLIOGRAFÍA:

1) Lawhon, Loy; “Cosmic Love Affair. The Elizabeth Klarer Story”. En http://ufos.about.com/library/weekly/aa122401a.htm

2) Sierra, Javier; “Hitos del Fenómeno Contacto”. En Más Allá de los OVNIs, Capítulo 3, Tomo 1, pp. 71.

3) Gámez, Luis Alfonso (1997) “El Gran Engaño de los Platillos Volantes". En Ovnis
a Mogollón
, en http://www.ctv.es/USERS/vader/. También en el sitio de La Alternativa Racional a las Pseudociencias -Sociedad para el Pensamiento Crítico, en http://ovnis.arp-sapc.org/ovnis1.htm

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