El falso mentalista Schiariti haciendo de las suyas en la TV peruana
  Schiariti, Ricardo
"Metapsicólogo", Vidente, Falso Mentalista. Argentina
Enfermero y efímero actor de telenovelas, a comienzos de los '90 trascendió como una suerte de "gurú de la farándula". Su slogan publicitario -"te ayudo que te ayudes"- devino casi en una marca de fábrica. Con el tiempo se hizo conocido por lanzar vaticinios tan osados -"Palito Ortega será el próximo presidente" (1994 y 1999), "en 1995 la vacuna contra el Sida estará en todas las farmacias" (1994)- como equívocos. Durante un tiempo fue habitué de los almuerzos de Mirtha Legrand.

Luego condujo su propio programa en América 2, La Hora Extraña, y más tarde se refugió en Pinamar (balneario atlántico en el sur de Buenos Aires), acosado por clientes que denunciaron maltrato, abuso y otras desmesuras. Ascendió el peldaño más alto de su carrera cuando convenció a las autoridades de canal 2 (América) de que su programa La Hora Extraña, que se emitió en 1994 media hora antes de las 24:00, iba a tener algún rating. Pero de ese peldaño bajó abruptamente: el público llamaba y Schiariti, en vivo, "adivinaba". Su verborragia le servía de poco: la misma audiencia lo desautorizaba, ya que nunca acertaba. Sólo conseguía asombrar a sus invitados en el piso, a los que engañaba con simples trucos de prestidigitación. Así, no fue aquel programa sino una parodia que hizo en base a su personaje el humorista Jorge Guinzburg la que instaló a Schiariti en una cierta, aunque incómoda popularidad.

En 1991, en el curso del programa "Metete" (ATC, conducido por Raúl Urtizberea, Luisa Delfino y Horacio De Dios), afirmó ante integrantes del CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia) que iba a participar en una investigación sobre sus presuntos poderes en el marco del Proyecto PSI, consistente en ofrecer 10 mil dólares a quien pudiera demostrar poseerlos. Schiariti nunca se presentó. En 1995, el periodista y animador televisivo Raúl Portal recordó que había anunciado "la cura del sida para fin de ese año, jugando con las esperanzas de los enfermos". Schiariti, aunque ya era tarde para sofocar el incendio, se disculpó. Aunque nunca se desdijo de aquella desafortunada, aventurera profecía. Es más: en 1997 volvió a la carga esgrimiendo un recorte periodístico donde se anunciaba que una nueva vacuna estaba en fase de prueba (1).

En 1994 aceptó presentarse en Memoria, conducido por Chiche Gelblung, para ser sometido a la "máquina de la verdad". Su memorable participación en aquel programa constituye un ejemplo de cómo incluso una tecnología mentirosa puede ser útil para desarmar a un personaje más mentiroso todavía (2).

Luego, acaso para reponerse de aquella dura sucesión de golpes contra su magullada credibilidad, siguió presentándose en España y en varios países de América Latina.

En 1997, regresó a la Argentina, donde aún ejerce su rol de "metapsicólogo". En 1999 pisó en falso cuando salió a decir que la secretaria del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, "me pedía en su nombre que adivinara si (el presidente Carlos) Menem lo quería matar" (3). Sus prestaciones metapsicológicas sólo fueron interrumpidas en 2001, cuando el juez de Instrucción Gustavo Caram ordenó su detención y procesamiento por "infligir castigos físicos" a una veintena de mujeres, algunas de ellas "novias" a las que seducía cuando se presentaban en su consultorio y a las que "amenazaba si pretendían abandonarlo o acusarlo públicamente" (4). La carrera de Schiariti es un grotesco muestrario de cómo la TV demuele los monstruitos que acostumbra edificar.

EL HOMBRE DE LA MÁSCARA DE CEMENTO
Nunca frecuentó tanto la TV como en la temporada '94-95. Schiariti -quien solía asegurar ver más allá de los ojos- desfiló por entonces por los ciclos de Nicolás Repetto y Chiche Gelblung. Y -a su pesar- también solía participar en PNP, el programa conducido por Portal, quien no le perdonaba ninguno de sus pecados. Los intentos de Schiariti por acertar el presente -no ya el futuro- de los televidentes solían ser tan estrepitosos que Portal convirtió a sus pifiadas más graciosas en una sección fija de su programa.

Schiariti conoce las ventajas de perdurar en cámaras. "No importa que hablen mal o bien, lo importante es que hablen", suelen decir astrólogos y adivinos. Pero, claro, una cosa es que hablen mal y otro ser aporreados sistemáticamente. Eso sucedía con Schiariti y sin embargo, siempre parecía salir ileso.

Por esa época, Repetto lo enfrentó con Portal y el vidente -que lo vio venir- se deshizo en elogios para con el mejor amigo de los monos. "Me hace muy feliz estar siempre en su programa; es un genio", opinó Schiariti de Portal. "Ahora que habló tan bien de vos, ¿seguís pensando que es un chanta?", intervino Repetto. "No: ahora estoy completamente convencido", respondió el humorista. Portal le asestó al vidente una mirada de hielo y le dijo: "Lo que pasa es que sos el mago cacarulo, que acertás de puro... afortunado". Tras cartón, le pidió que adivine un recuerdo de la infancia que traía anotado en un papel. "No me gusta que me desafíen", berreó Schiariti, que se movía en el sillón como si estuviera empollando milagros. Harto del asedio de Portal, el vidente se enderezó la corbata y huyó del estudio. Nadie se asombró de que el aprendiz de mago también dominase técnicas de escapismo (5).

Schiariti, sin embargo, debería ser un hombre acostumbrado a los grandes desafíos. La naturaleza de su oficio -embocar o no, that is the question- exige anticiparse al destino de sus clientes o a algo que, si no es un desafío, se le parece: tantear con éxito los límites de la credulidad del semejante, obstáculo que durante mucho tiempo logró sortear con una audacia fulminante. Pocos tienen el coraje de ilusionar a miles de enfermos de sida anunciando: "La vacuna llega en mayo (de 1995)", como lo hizo él. El problema es que -frente al desafío ajeno- el vidente ya no maneja las reglas del juego y huir es más conveniente. No importa que sea poco honorable: el asunto es no perderse la próxima batalla.

"NO ME LLAMO u$s 10.000"
La credibilidad del mentalista -si es que alguna vez la tuvo- ya venía barranca abajo cuando, a fines del 92, los escépticos del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP) le propusieron que demostrara sus destrezas paranormales ante el público de Metete, el programa que conducían Delfino y De Dios en ATC. Schiariti sabía que en el CAIRP había ilusionistas profesionales y quizá por eso prefirió no meterse. El premio -que el Centro extendía a cualquiera que aceptara las condiciones mínimas exigidas en un protocolo experimental- ascendía a 10 mil dólares. Schiariti -que todavía no era tan conocido- declinó sonriente practicar sus jueguitos de adivinación ante los magos presentes en aquel programa. Prometió una pronta visita. Todavía lo están esperando. Dicho sea de paso, aquella tarde, el único que asombró con sus prodigios al público fue el ilusionista Enrique "Kartis" Carpinetti.

Nicolás Repetto también se animó a cuestionar sus pretensiones paranormales cuando en una emisión de su programa Nico, le espetó: "Adivinar como adivinás vos, adivina cualquiera". Tras anunciarle que "le leería la mente", imitó su estilo arriesgando ambiguedades y le pidió 300 dólares (lo que el mentalista cobra a sus clientes) por los servicios prestados. Pese a que le fue bajando el arancel, Schiariti no agarró viaje.

Y, como un cliente crédulo y estafado, Schiariti, otra vez, quedó pagando.

Referencias:
(1) Borgo, Alejandro; Márquez, Enrique; "Puede fallar - Predicciones fallidas de astrólogos, videntes y mentalistas en la Argentina". Ed. Planeta Singular, Bs. As. 1998.

2) Agostinelli, Alejandro, "El vidente en la máquina", en La Prensa, Buenos Aires, 14 de enero de 1995.

3) Schmidt, Esteban; "Palito Ortega será el próximo presidente". Revista XXI N° 29, 28/1/99.

4) "Detienen al mentalista Schiariti acusado de maltrato a mujeres", La Razón, 16/3/2001

5) Agostinelli, Alejandro; "Schiariti, el hombre de la máscara de cemento", en La Prensa, Buenos Aires, 14 de enero de 1995.

 

[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002-2003 Todos los derechos reservados.]
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