Sanz, Christian Eduardo
“Mediático”. Fundador de ASALUP. Argentina

Nació el 15 de enero de 1971 en Buenos Aires. En 1995 comenzó a presentarse como periodista, “investigador” y… docente universitario. Hoy es jefe de redacción del sitio Tribuna de periodistas, donde se promociona como El Mago Christian. En 2002, fue expulsado de un grupo fundado por él mismo, la Asociación Argentina de Lucha contra las Pseudociencias (ASALUP), tras incurrir en plagio y haber entregado un fax que -según todos los indicios- fue falsificado por él mismo en un intento por librarse de acusaciones que nunca esclarecieron ni él ni la propia ASALUP, grupo que se sumió en el descrédito cuando continuó convocando a Sanz a título de “colaborador”.


Esta biografía de un personaje en realidad menor se justifica por la imagen pública que ha intentado construir de sí mismo: la de un "refutador de charlatanes". Pero para pretenderse guardián de la verdad y de la justicia no hay que engañar ni quedarse con la propiedad ajena. No es el caso de Christian Sanz: sus actitudes son un signo de identidad que profundiza la brecha entre él y gran parte de las personas por él "denunciadas", quienes a menudo sólo cometen el "delito" de creer o predicar "creencias extrañas" o que él no comparte.

A LO MEJOR... UD. YA LO LEYÓ
Antes de octubre de 2002, Sanz era invitado a programas de radio y TV, a los que solía asistir gracias a su amplia disponibilidad de tiempo y a su fervorosa vocación por “reventar chantas” (sic). Su presencia en los medios comenzó a mermar a medida que fueron trascendiendo los motivos de su expulsión de ASALUP, en particular por poner la firma bajo artículos ajenos: hasta la fecha son 7 (siete) los plagios registrados.
Sanz es coautor de “La larga sombra de Yabrán” (Ed. Sudamericana, 1998) con Franco Caviglia, libro donde defiende la leyenda urbana según la cual el difunto empresario Alfredo Yabrán estaría tomando sol en las Bahamas. Es también autor de “La mafia la ley y el poder” (Ed. Dunken, 1996) y de “Maten al hijo del Presidente”, donde adhiere a la idea según la cual Carlos Menem Jr. “fue asesinado por la mafia”. Tesis conspiranoicas de por sí insólitas viniendo de alguien que se jacta de su escepticismo.
En un currículum que envió a la web E-Libro.Net, Sanz asegura haber dado clases de “periodismo de divulgación científica” en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. A la vez, colaboró con el servicio de informaciones Seprin (Servicio Privado de Inteligencia), un portal donde se anidan grupos de extrema derecha, como los que promueven al ex coronel fascista Mohamed Alí Seineldín, entre otros que usan Internet como plataforma de campañas de desinformación. También se ha presentado como “colaborador del Instituto de Lucha contra la Corrupción”, sigla que -presentada así- tergiversa la entidad real del "Instituto", que es la Comisión de Anticorrupción del Partido Acción para la República liderado por el ex ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. En 2003, Sanz publicó el libro “Poli Armentano. Un crimen imperfecto” (Ed. del autor).

UN ESCÉPTICO… CONSPIRANOICO
Sanz ingresó en el CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia) allá por 1997, tras un breve paso por la Fundación SPES (Servicio Para el Esclarecimiento en Sectas), presidido por el Psicólogo José María Baamonde (*). Había comenzado a escribir su libro sobre el difunto Carlos Menem Jr., según la justicia muerto en un accidente mientras piloteaba su helicóptero, y ya manifestaba a viva voz adherir a la hipótesis de un atentado. No ocultaba haber trabajado codo a codo con Zulema Yoma, madre del hijo del ex presidente, al punto de reconocer haber discutido con ella “cuál iba a ser el título de su libro” sobre el caso. La, por decir poco, "novelera" idea de Sanz plantea la existencia de un complot donde no sólo Carlitos sino una larga lista de peritos, familiares y vecinos fueron asesinados por una misteriosa mafia. Por entonces, algunos de sus compañeros en el CAIRP le rebatieron que -si su tesis era cierta-, él debería vivir con un guardaespaldas a sol y sombra. La respuesta no se hizo esperar: al tiempo comenzó a airear que “alguien” le había aflojado las tazas a las ruedas de su auto, más o menos la idea que los Teletubbies deben tener de un atentado. Sanz, en aquel tiempo, no sólo jugaba a los espías y se jactaba de sus contactos con agentes de la SIDE: también solía ostentar una falsa credencial de la Policía Federal, a la cual decía usar “para viajar gratis en el subte”... En su libro sobre Yabrán, sostiene ideas conspirativas semejantes a las que defiende en el de Menem Junior. Para apoyar el argumento según el cual el suicidio del empresario fue simulado (es decir, reemplazado por el cadáver de un sosías, a la sazón un linyera “misteriosamente desaparecido”), Sanz arguye que -antes de su "presunto suicidio"- Yabrán le regaló a su amigo “Coco” Mouriño una novela de John Grisham donde tenía lugar una puesta en escena semejante.

NOSTALGIAS DE TORQUEMADA
En sus participaciones en TV como “experto en sectas” o “refutador”, Sanz, antes que exponer argumentos, descalifica criminalizando (“delincuentes”) o insultando (“hijos de puta”) a sus adversarios. Hijo de una astróloga, Sanz hizo un par de cursos de ilusionismo y comenzó a presentarse como "ilusionista". En debates televisivos, dispara clisés del discurso anti-pseudociencias y anti-sectas en vez de apoyarse en investigaciones propias. Algunos programas de TV (especialmente aquellos a los cuales no les importa convocar a opinators capaces de ofrecer frases contundentes antes que demostrar poseer algún conocimiento) aún lo siguen invitando. En setiembre de 2002, entrevistado por Punto Doc (América) para un informe sobre la Escuela Científica Basilio (ECB), Sanz dijo: “Se (la) podría definir como una secta bastante extraña, es una secta espiritista. Cumple con cientos parámetros que definen a un grupo como una secta; es decir el lavado de cerebro, el discurso de un líder autoritario...” (Sobre su inscripción en Cultos): “Creo que hay gente que ha sido coimeada. Acá nunca tuvimos un Secretario de Cultos que fuera honesto, si no no se entiende que haya sectas como Escuela Científica Basilio, Niños de Dios o la Secta Moon. Son todos sucios, son todos delincuentes”.
Tres días después, la ECB replicó a un directivo del canal: “Tenemos el agrado de dirigimos a Ud. (….) a los fines de hacerle saber nuestra consternación y pena por el nuevo ataque perpetrado a uno de los derechos humanos más elementales cual es el de la Libertad Religiosa y/o Libertad de Conciencia (…) manifestaciones (que) resultan tan lesivas a la dignidad de las personas como a la superación de doctrinas totalitarias como el nazismo y/o fascismo.” (…) “¿Puede un derecho humano de reigambre constitucional como es la Libertad de Cultos ser atacada por otro derecho como es la Libertad de Expresión? Quienes sostenemos (la ECB), en su gran mayoría trabajadores, empresarios y profesionales, ¡no somos sucios! ¡no somos delincuentes! como ligeramente ha expresado el Sr. Christian Sanz en "Punto Doc", que conducen los periodistas Daniel Tognetti y Rolando Graña…”
En el programa, Sanz aseguró haber recibido “varias denuncias de damnificados” por la ECB, entre ellas de “madres de chicos que dicen que por problemas psicológicos los tuvieron que internar. Ellos saben que es joda, pero hay gente que sí cree. Hay médiums que creen y hay gente que va y participa de las sesiones y cree. El tipo que cree que se está comunicando con un espíritu está disociando su personalidad. Y empieza a entrar a la locura”. Sanz nunca presentó los testimonios que menciona ni evidencia alguna en sostén de sus afirmaciones. “Nos preguntamos si la persona que opinó tan ligeramente de este Culto está capacitado para diagnosticar supuestos problemas psicológicos y/o alteraciones mentales tales como la disociación de la personalidad, pues si no lo está, esto es, si no es el Sr. Sanz un Psicólogo, o Psiquiatra debiera haberse dicho en ese programa (al cual) le caben las generales de la Ley y a los Periodistas que lo consultaron la torpeza de no señalarlo”, afirmaron los directivos de la EGB en esa carta, publicada en su página web.

¡GLUP! NACE ASALUP…
Entre 1998 y 2001, Sanz integró a la Fundación CAIRP, precisamente durante el declive de esa institución. Antes de haber sido denunciado por plagio en 2002, Sanz ya había debido responder acusaciones idénticas en 2001, cuando editaba el boletín de la Fundación CAIRP. La influencia de un personaje con estas características entre los escasos miembros activos en la Fundación fue una las razones por las cuales algunos fundadores propusieron disolver a esa entidad, lo cual sucedió ese año. La disolución del CAIRP formalizó una situación de hecho, ya que poco y nada quedaba del grupo que, en 1991, había inaugurado en la Argentina el estudio crítico de lo paranormal desde un escepticismo informado. La presencia de Sanz era un ejemplo vivo de lo que significaba una organización educativa librada al garete.
Una vez finalizada la Fundación CAIRP, Christian Sanz reunió a algunos de sus ex integrantes (Sebastián Bassi, Orlando Liguori, Max Seifert) y convocó a otros nuevos (Norberto Maraschi, Federico Resnik), con quienes procedieron a hacer “copy & paste” de los contenidos del antiguo sitio de CAIRP (desde los objetivos hasta la lista de consultores y miembros honorarios, entre ellos el difunto Carl Sagan…) para crear la llamada Asociación Argentina de Lucha contra las Pseudociencias (ASALUP). Una sigla rimbombante y temeraria destinada a volver como un búmeran sobre sus integrantes, empezando por el propio Sanz, su fundador y presidente.
Así comenzó el llamado “ASALUP GATE” o “EDEFEX GATE”, una historia de enredos que -si al lector le interesa la sociología del fraude, especialmente cuando es urdido por quienes dicen combatirlo- convendrá leer con detenimiento. Y si importa entrar en detalles es porque, sobre la base de pequeñas y sucesivas ‘nimiedades’, fue posible desmontar la madeja de engaños que sostenía a un charlatán cuya afición declamada es… ¡desenmascarar charlatanes!

EL “EDEFEX GATE”: SE DESTAPAN LOS PLAGIOS
En noviembre de 2001 Sanz se presenta en un programa de TV para refutar al ufólogo Francisco Fazio, quien había presentado el video de un más que sospechoso OVNI sobre las Torres Gemelas: para hacerlo, leyó “documentos” (unas páginas que había bajado de una web de ufólogos mexicanos) que revelaban que el film "ya había sido defenestrado”, tras la admisión de su responsabilidad por parte de una compañía llamada “Edefex”. Escribió eso mismo en la web de ASALUP. Pero “Edefex” no existía. Lo que sí había existido era un (primer) plagio: los datos esenciales del artículo firmado por Sanz habían sido copiados del site X-Files México. Sanz no citaba la fuente ni a los autores de aquel artículo. Aducía poseer un fax o correspondencia con la que pretendía demostrar haber investigado el tema. Pero… lo había traspapelado. Pese a insistentes pedidos de que corrigiera la información, nunca lo hizo. No sólo no admitió haber cometido plagio sino que amenazó con “cagar a trompadas” a quienes -como el autor de estas líneas- denunciaron sus actitudes deshonestas. Bajo la presión de tales denuncias -y las dudas de algunos de sus compañeros de ASALUP-, terminó presentando, diez meses después, un ahora famoso fax, que resultó ser una burda falsificación. Ante las evidencias de su responsabilidad en el fraude, Sanz sólo atinó a escabullirse en el silencio o en una cortina de mentiras. Pero la cortina estaba llena de agujeros y fue expulsado de la presidencia de ASALUP. Los integrantes de ese grupo -sin embargo- siguieron minimizando los engaños, se solidarizaron con Sanz y se mostraron poco interesados por esclarecer la situación. Sanz nunca hizo aclaración alguna ni se disculpó con los lectores de las tres publicaciones a las que envió esa nota, motivo por el cual se denunció públicamente el plagio, como así las crecientes sospechas sobre la falta de seriedad de la versión difundida.

Con todo, el accionar que emparenta a Sanz con los charlatanes que dice combatir se observa con más claridad en sus reiterados plagios. Porque Sanz no sólo había copiado el artículo de la web mexicana publicado -entre otros- en el site de ASALUP bajo el título "El OVNI que no fue (Torres Gemelas)". También había hecho lo propio en el Boletín CAIRP N° 12, donde puso su firma a un artículo escrito por el psicólogo Claudio Trivisonno. Más tarde, fue sorprendido en otros cinco plagios: cuatro en su boletín electrónico Ciencia al Día, que despachaba desde su empleo en la empresa naviera NABSA, y otro titulado “Corrupción Global” publicado en el site Noticias e investigación (hoy fuera de línea, pero disponible en Web Archive ), donde copió más del 50 por ciento de un artículo de la revista peruana Caretas.
Sanz, en un mensaje a Sebastián Bassi, webmaster de ASALUP, dijo que se le pretendía "tender una trampa” porque él nunca había enviado ningún artículo a Noticias e investigación. Bassi, pese a los antecedentes que pesaban sobre Sanz, le creyó. Max Seifert, único miembro de ASALUP que renunció al advertir ante quién estaba, consultó a Carlos Basso Prieto, editor de Noticias e Investigación para verificar si aquel artículo había sido “escrito y remitido por Sanz, porque él ahora lo niega”. Basso Prieto, en un mail fechado el 1/04/03, confirmaba a Seifert: “Sí, el artículo me fue enviado por Christian y por ende -como él lo firmó- me imagino que lo escribió. Me deja anonadado con lo que dice, porque no puedo creer que él lo haya plagiado de algún lado.”

Christian Sanz sigue ejerciendo el periodismo. Los lectores confían que detrás de sus artículos hay investigación, que existe un mínimo intento por cotejar fuentes. Pero Sanz no sólo no las coteja: las copia, las pega y les pone su firma. Ahora bien, si estas líneas sólo sirven para desestimar los trabajos de Sanz, no habría cumplido su propósito. Es cierto que Internet es un medio de difusión de fascinante utilidad. Pero también lo es que -en ocasiones- enturbia la comunicación: es un medio donde -copy & paste mediante- vagos e inescrupulosos ceden a la tentación de reproducir sin miramientos materiales ajenos que a menudo son -como la práctica misma- poco o nada confiables. De hecho, existen muchos medios que no poseen mecanismos eficientes para controlar la calidad de los contenidos que publican. Pero hay algo que cada uno de nosotros puede -y debería- hacer para evitar la proliferación del “periodismo a la Sanz”: ser lectores cada vez más activos y exigentes. El resto viene por decantación.

Referencias:
(*) En comunicación personal del 09/09/02, Baamonde minimizó la participación de Ch. Sanz en SPES.

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[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 - 2003 Todos los derechos reservados.]
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